La investigación sobre el paradero de Brenda del Castillo y Morena Verdi, ambas de 20 años, y Lara Gutiérrez, de 15, tiene dos certezas claras. En primer lugar, las jóvenes fueron vistas por última vez el viernes pasado en la rotonda de La Tablada, ubicada en Monseñor Bufano y Avenida Crovara, en el partido de La Matanza. En segundo lugar, se sabe que los celulares de las tres se apagaron simultáneamente el sábado por la noche. Desde entonces, no se tiene información sobre su ubicación. El fiscal de La Matanza, Gastón Duplaá, a cargo de la causa, ordenó de inmediato el análisis de las cámaras de seguridad de la zona. Gracias a estas, los detectives de la DDI de La Matanza confirmaron que las jóvenes (dos de ellas primas) subieron voluntariamente a una camioneta blanca, según sus últimas comunicaciones. A partir de esta pista, se comenzó a seguir el vehículo a través de cámaras de vigilancia municipales, aunque no está confirmado que sea el vehículo involucrado. También se analizan los registros de antenas de los teléfonos celulares. Allegados a Brenda, Morena y Lara indicaron que frecuentaban un lugar sobre avenida Rivadavia, en el barrio porteño de Flores. Por eso, la fiscalía solicitó a la Policía de la Ciudad las imágenes de cámaras desde la Avenida General Paz hasta esa zona. La DDI de La Matanza ya acudió al Centro Urbano de Monitoreo de CABA para rastrear el vehículo o cualquier pista, mientras que la policía porteña está atenta a cualquier información que llegue a la línea 134. Además, Duplaá pidió colaboración a Migraciones y a organismos nacionales como el Sistema Federal de Búsqueda (SIFEBU). Se investiga la posibilidad de un secuestro o incluso un caso de trata de personas. Entre las hipótesis más preocupantes está la de que las chicas hayan asistido a una fiesta que “se salió de control”. El abuelo de Morena, Antonio, relató a LN+ que las jóvenes, que normalmente usaban DIDI para movilizarse, habían decidido cancelarlo porque “les venían a buscar”. “No sé realmente dónde pueden estar”, lamentó. Por su parte, Sabrina, madre de una de las jóvenes, declaró que su hija y sus amigas trabajaban como trabajadoras sexuales. Según una versión, iban a encontrarse con una persona que les entregaría unos 300 dólares a cada una. “Escuché que eran unos bolivianos”, afirmó en el canal.