Este domingo se conoció el fallecimiento de Azucena Díaz, una de las referentes de las Madres de Plaza de Mayo, cuya vida estuvo profundamente marcada por el terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. El dolor y la lucha comenzaron para ella el 24 de marzo de 1976, cuando su hijo, Manuel Taján, fue desaparecido en Tucumán, donde trabajaba como jornalero y dirigente sindical en el Ingenio Concepción. Azucena, oriunda del Ingenio La Florida, a 30 kilómetros de San Miguel de Tucumán, inició entonces un camino incansable en busca de respuestas, recorriendo comisarías y cuarteles sin obtener información. Ante el silencio estatal, en 1980 se trasladó junto a su familia a Gregorio de Laferrere, en el partido de La Matanza, Buenos Aires. Fue allí donde, acompañada por su hija Dora, comenzó a participar de las marchas de los jueves en la Plaza de Mayo, sumándose activamente a la histórica organización de Madres. Su trayectoria fue reconocida en 2023 por la Comisión de Derechos Humanos del Senado bonaerense, que la declaró Personalidad Destacada de los Derechos Humanos. La distinción le fue entregada en su domicilio por la vicepresidenta de la Comisión, Amira Curi. El legado de Azucena también se reflejó en los sentidos mensajes tras su partida. Desde la organización H.I.J.O.S. Capital expresaron: “¡Hasta siempre, Azucena Díaz! Integrante de Madres de Plaza de Mayo. Su hijo Manuel Taján fue desaparecido el 24 de marzo de 1976. Nuestro abrazo a la familia”. Asimismo, el gobernador Axel Kicillof expresó en redes sociales: “Mucha tristeza por la partida de Azucena Díaz, Madre de Plaza de Mayo, símbolo de fuerza, coraje y memoria. Un ejemplo de que nunca, ni en los momentos más oscuros, hay que bajar los brazos. Por ella y por los 30 mil vamos a seguir luchando”. La historia de Azucena Díaz deja una huella imborrable en la memoria colectiva argentina. Su compromiso, dolor y fuerza la convirtieron en un ícono de resistencia y lucha por los derechos humanos.