El presidente Javier Milei partirá esta noche hacia Nueva York para participar, el martes, de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Allí, volverá a reafirmar su alianza con Estados Unidos (en especial con el ala republicana de Donald Trump) y con Israel, pese a las críticas internacionales que enfrenta este último por su respuesta militar al grupo Hamas. Durante su estadía en la ONU, Milei podría cruzarse con líderes que representan el extremo opuesto de su ideología: Pedro Sánchez (España), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) e incluso Xi Jinping, si el líder chino finalmente asiste. Aunque todos ellos fueron blanco de críticas durísimas por parte del mandatario argentino, todo indica que no repetirá los ataques. En cambio, mantiene con sus gobiernos relaciones diplomáticas "estables", en un giro que muchos atribuyen al pragmatismo impuesto por el canciller Gerardo Werthein. Para varios actores internacionales, el contexto interno (con una economía en tensión y una agenda legislativa complicada) obliga al Presidente a evitar abrir nuevos frentes externos de conflicto. China: de “comunistas” a “socios estratégicos” Un ejemplo claro del cambio de tono fue el acercamiento con China. El martes pasado, el jefe de Gabinete Guillermo Francos asistió al 76° aniversario de la República Popular China, donde estrechó la mano del embajador Wang Wei. Aunque la Cancillería envió una delegación de segundo nivel, la presencia de Francos fue leída como un gesto político relevante. En ese marco, el diplomático chino definió a Argentina como “un socio comercial clave”. Hoy, la Casa Rosada reconoce que “hay que cuidar” la relación con China, el segundo mayor comprador externo de productos argentinos. La participación de Karina Milei en la próxima Expo Shanghai, prevista para noviembre, también se enmarca en esa estrategia. A ello se suman los dos encuentros que Werthein mantuvo con su par chino, Wang Yi, en menos de un año de gestión. Brasil: diferencias ideológicas, comercio indispensable Algo similar ocurre con Brasil. Las tensiones políticas entre Milei y Lula no desaparecieron, pero el canal diplomático se mantiene abierto y activo. “Estamos bien, Milei no habla más de nosotros”, ironizaron fuentes brasileñas. La realidad económica lo explica: Brasil sigue siendo el principal socio comercial de Argentina, y ambos países comparten intereses clave en negociaciones como el acuerdo Mercosur-Unión Europea y con EFTA. Hace pocos días, Francos y Werthein saludaron cordialmente al embajador brasileño Julio Bitelli en la celebración de la independencia de Brasil, en el Teatro Colón. Aunque no hay reconciliación política a la vista, el vínculo institucional se sostiene. España: distensión progresiva Con España, el vínculo también atraviesa una fase de distensión. El reciente nombramiento del empresario Wenceslao Bunge como embajador en Madrid fue bien recibido por el gobierno de Pedro Sánchez. La ausencia física de Milei en el último evento de Vox (al que asistió por Zoom sin ataques personales) también fue vista como una señal positiva. En la diplomacia española consideran que, aunque el tono del Presidente sigue siendo radical, se ha moderado en sus formas. España tiene US$26.000 millones en inversiones directas en Argentina, lo que refuerza el interés mutuo por evitar una ruptura. Visitas oficiales recientes de funcionarias como Yolanda Díaz y Elma Saiz apuntalan el trabajo diplomático silencioso. Colombia: paz fría, con espacio para el comercio La relación con Colombia, que vivió momentos de extrema tensión con insultos cruzados entre Milei y Petro, atraviesa ahora una “paz fría”. Tras la salida del embajador Camilo Romero, Petro nombró como reemplazo al empresario José Roberto Acosta, quien presentó sus cartas credenciales rápidamente. Acosta ya encabezó los festejos por la independencia colombiana en Buenos Aires, en un clima de distensión. Con más de 100.000 colombianos viviendo en Argentina y oportunidades comerciales (especialmente en el sector automotriz), ambas partes prefieren evitar una nueva escalada. Según fuentes diplomáticas colombianas, el objetivo es “profundizar el vínculo” con acciones concretas en áreas como comercio, cultura, movilidad y seguridad regional.