Luego del emotivo y contundente testimonio de los padres de Julieta Viñales durante el juicio por la muerte de la joven, quien falleció días después de ser operada de las amígdalas, y tras señalar directamente al cirujano Maximiliano Babsía, el debate continuó con una declaración que fue considerada fundamental. Se trata del testimonio del otorrinolaringólogo Sebastián Lifschitz, quien intervino a Julieta cuando su estado de salud ya se había complicado durante su internación en el Hospital Rawson. Lifschitz fue interrogado por la defensa, la fiscalía y la querella, y esta última destacó la importancia de su aporte para esclarecer los hechos. Aunque médicos del Hospital Marcial Quiroga, quienes atendieron a Julieta tras la primera hemorragia postoperatoria, también declararon, la querella, a través de la abogada Cristina Naveda, remarcó que el testimonio de Lifschitz resultó especialmente revelador, quizás por compartir especialidad con Babsía o por haber asistido directamente a la joven en ese momento crítico. Durante el juicio se reveló que Babsía consultó a Lifschitz sobre el estado de Julieta mientras ella luchaba por su vida, mientras que los padres de la víctima no lograban comunicarse con el cirujano. La madre, Cyntia Aboal, afirmó que tras el paro cardíaco de su hija en el Hospital Rawson, Babsía desapareció. También declaró la anestesista presente en la operación, pero según fuentes de la querella, su testimonio no aportó elementos relevantes al caso. El juicio continuará este jueves en Tribunales, con más testimonios de profesionales de la salud que atendieron a Julieta. Babsía enfrenta una condena solicitada por la querella de 5 años de prisión efectiva y 10 años de inhabilitación profesional. Por su parte, los abogados defensores Fernando Castro y Federico Petrignani piden la absolución, mientras que la fiscalía, a cargo de Claudia Yanina Galante, mantiene la acusación por homicidio culposo por negligencia.