Por primera vez, la provincia de Buenos Aires llevó adelante este domingo elecciones legislativas locales desdobladas del calendario nacional. La jornada se desarrolló en un contexto político atravesado por la tensión dentro del gobierno de Javier Milei (marcado por denuncias de corrupción, incertidumbre económica y una disputa abierta con el gobernador Axel Kicillof), lo que le otorgó un peso particular a la contienda. La cita electoral se dio tras una serie de hechos de fuerte impacto político en los últimos meses: desde la detención de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que le impidió postularse en la Tercera Sección Electoral, hasta los escándalos vinculados al fentanilo, las acusaciones de coimas tras la filtración de audios comprometedores, y el agravamiento de la situación macroeconómica. En ese escenario, Milei y Kicillof se posicionaron como figuras centrales del debate político nacional. Más de 14,3 millones de bonaerenses estuvieron habilitados para votar en unos comicios que renovaron 46 bancas en la Cámara de Diputados provincial y 23 en el Senado. Las bancas se distribuyeron entre ocho secciones electorales: en cuatro de ellas se eligió la mitad de los diputados y en las otras cuatro, la mitad de los senadores. También se eligieron concejales y consejeros escolares en los 135 municipios de la provincia. El resultado de esta elección será clave para el futuro del gobierno de Axel Kicillof, ya que la composición de la Legislatura determinará su capacidad para aprobar leyes en la segunda mitad de su mandato. Al mismo tiempo, estos comicios representan el primer gran test político para La Libertad Avanza (LLA) en territorio bonaerense, de cara a las elecciones nacionales del próximo 26 de octubre.