Desde el Fuerte Tiuna, en Caracas, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pronunció este viernes un encendido discurso con fuerte tono militar, en el que anunció la activación de 5.333 Unidades de Milicia al Combate. Según cifras oficiales, esta medida implica la movilización de más de 12,5 millones de personas entre fuerzas armadas regulares y milicias populares. La decisión fue tomada en respuesta al incremento de la presencia militar estadounidense en el Caribe, donde se desplegaron más de 4.000 efectivos, ocho buques con capacidad misilística, un submarino nuclear y una escuadrilla de 10 cazas F-35 apostados en Puerto Rico. Desde Washington, la operación fue presentada como parte de una campaña antidrogas tras un reciente enfrentamiento con miembros del Tren de Aragua (una organización criminal con nexos en Venezuela) que dejó un saldo de 11 muertos. Sin embargo, desde Caracas desconfían de esta versión y acusan al gobierno estadounidense de utilizarla como excusa para justificar una posible agresión militar. “Hoy damos un paso trascendental para articular a todo el país en defensa de la paz y la soberanía”, declaró Maduro, vestido con uniforme militar y flanqueado por la cúpula de las Fuerzas Armadas. En su mensaje, el mandatario también desestimó las acusaciones de narcotráfico en su contra, especialmente luego de que EE.UU. elevara a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su captura. “Estados Unidos está montando un expediente absolutamente falso para intentar imponer un cambio de régimen en Venezuela”, denunció, y aseguró que el país "no produce ni hoja de coca ni cocaína". A pesar de la retórica combativa y de aludir a estrategias de defensa inspiradas en la guerra de Vietnam, Maduro también dejó una puerta abierta al diálogo. En un giro diplomático, hizo un llamado directo al presidente estadounidense, Donald Trump: “Venezuela siempre ha estado dispuesta a conversar, pero exigimos respeto. Le pido al presidente de Estados Unidos que recapacite”. Y concluyó: “Ninguna de las diferencias que tengamos puede justificar un conflicto de gran escala en América del Sur. El diálogo es el único camino para resolver nuestras diferencias”.