Marcelo Gerardo Acosta, enfermero del Hospital Rawson, se presentó a su juicio por homicidio culposo con una defensa centrada en señalar la negligencia de los médicos del hospital. El acusado enfrenta una condena de 3 años de prisión en suspenso y 8 años de inhabilitación para ejercer su profesión, tras el fallecimiento de Susana Molina, quien perdió la vida el 7 de septiembre de 2023, después de haber sufrido un ACV y permanecer en terapia intensiva. Minutos antes de que comenzaran los alegatos, en los que la fiscalía solicitó una pena para Acosta, el enfermero defendió su accionar, apuntando a los médicos por no brindar las indicaciones necesarias a tiempo. Acosta argumentó que no tenía acceso a la historia clínica de Molina, y que de haber intervenido sin órdenes claras, podría haber agravado su estado. En su defensa, Acosta explicó que fue incapaz de asistir a la paciente, a pesar de las solicitudes de los familiares y la propia mujer, quien, en estado de desesperación por la dificultad para respirar debido a su traqueotomía, le escribió una nota pidiendo asistencia. Según el enfermero, los médicos demoraron aproximadamente 8 horas en dar instrucciones, lo que, según él, hizo imposible actuar de manera efectiva. El fiscal Iván Grassi y la ayudante fiscal Victoria Martín argumentaron que Acosta omitió las señales de alerta y desoyó las solicitudes de la familia, lo que culminó en el paro cardiorrespiratorio de Molina. Aunque los médicos pudieron salvarla momentáneamente, la paciente quedó con secuelas irreversibles y murió días después. Por su parte, el enfermero insistió en que no podía actuar sin indicaciones, reiterando que la falta de información por parte de los médicos y la subestimación del estado de salud de Molina contribuyó a la tragedia. Acosta destacó que en su rol era solo un "eslabón más" en una cadena de responsabilidades y que la falta de coordinación en los procedimientos previos a su intervención tuvo un impacto negativo en la atención de la paciente. La fiscalía mantuvo que la responsabilidad recayó sobre Acosta, ya que, a pesar de las solicitudes de ayuda, no atendió a la paciente a tiempo, lo que provocó que la mujer pasara de un estado de relativa estabilidad a sufrir un paro cardiorrespiratorio. El enfermero ahora enfrenta una condena por imprudencia, negligencia e inobservancia de los deberes en su cargo.