El Gobierno argentino anunció que no presentará la candidatura de Argentina para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en el próximo período. Esta decisión, impulsada desde la Casa Rosada y respaldada por el presidente Javier Milei, forma parte de la política de la administración de reducir la presencia del país en organismos multilaterales considerados prescindibles para su gestión. El Consejo de Derechos Humanos es un organismo intergubernamental dedicado a promover y proteger los derechos humanos a nivel global, abordando violaciones y emitiendo recomendaciones sobre políticas de los Estados miembros. Según fuentes oficiales, la decisión de no postular a Argentina fue tomada hace varios meses y había sido anticipada extraoficialmente por funcionarios cercanos al entorno presidencial. La noticia se difundió inicialmente a través de Amnistía Internacional, que afirmó que las instituciones internacionales seguirán funcionando con o sin la participación argentina. “Aunque no sorprende, Milei no busca tener un lugar en esa mesa para influir en las normas y políticas futuras, ni siquiera para proteger los derechos humanos en Argentina”, señaló la ONG. Posteriormente, tres fuentes gubernamentales confirmaron la medida, la cual fue comunicada al representante argentino ante la ONU, Francisco Tropepi, y luego transmitida a su par en Ginebra, Carlos Foradori, sede del organismo. Las primeras versiones de esta decisión surgieron en febrero, durante una sesión especial del Consejo destinada a tratar las violaciones de derechos humanos en la República Democrática del Congo, donde un conflicto armado causó más de 3.000 muertes en dos semanas. En ese marco, altos funcionarios de Cancillería indicaron a la misión argentina en Ginebra que no participara en el foro. Paralelamente, la política de Milei respecto a organismos internacionales se refleja en la intención de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud, medida que podría concretarse en febrero de 2026. Esta estrategia sigue la línea de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, que incluyó la salida de varias agencias multilaterales por considerarlas ineficaces o políticamente sesgadas. Argentina ha desempeñado históricamente un rol destacado en el Consejo de Derechos Humanos, construyendo prestigio tras la última dictadura militar mediante la promoción de derechos civiles y sociales, y la defensa de la memoria, verdad y justicia. El organismo también ha cuestionado decisiones del Ejecutivo argentino, como el nombramiento temporal de jueces de la Corte Suprema mediante decreto presidencial. En septiembre del año pasado, durante la apertura de la 79° Asamblea General de la ONU en Nueva York, Milei criticó duramente al organismo, calificándolo como un “leviatán de múltiples tentáculos” que imponía agendas ideológicas a los países miembros, incluida la Agenda 2030. En esa ocasión, anunció que Argentina abandonaría su histórica posición de neutralidad para liderar lo que denominó “la lucha en defensa de la libertad”. El Consejo de Derechos Humanos está conformado por 47 Estados miembros, elegidos por mayoría entre los 193 países de la Asamblea General de la ONU, con mandatos de tres años y limitados a dos períodos consecutivos. Hasta diciembre de 2022, Argentina fue miembro activo, participando en la formulación de políticas internacionales en materia de derechos humanos.