Septiembre comenzará con una nueva ola de aumentos que afectará sectores clave del gasto cotidiano. Desde combustibles y salud hasta educación y alquileres, las subas previstas sumarán presión al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC. Uno de los rubros más sensibles será el de los alquileres. Para los contratos aún regidos por la ya derogada Ley de Alquileres, la actualización alcanzará un 50,3% interanual. En tanto, quienes estén bajo la nueva modalidad de ajuste trimestral por inflación enfrentarán una suba superior al 5,5%. Las prepagas también aplicarán nuevos incrementos: las cuotas de la medicina privada subirán entre 1,68% y 1,9%, sumándose a los aumentos acumulados en lo que va del año. En cuanto a los servicios públicos, la Secretaría de Energía definió una suba del 0,5% en el precio mayorista de la electricidad, aunque aún no está claro cómo impactará en las tarifas finales. Por su parte, el gas tendrá una baja del 5,49% en el precio mayorista del PIST, pero la suba en la alícuota del impuesto a zonas frías podría anular cualquier posible beneficio en las facturas. El aumento más significativo será el de los combustibles. A partir del 1 de septiembre, el litro de nafta subirá $10,52 y el de gasoil $8,58 debido a la actualización del impuesto a los combustibles líquidos. Además, se espera una segunda etapa de ajuste en octubre, acumulando postergaciones pendientes de meses anteriores. Con todos estos incrementos, septiembre se anticipa como un mes de fuerte presión inflacionaria, en un contexto donde los ingresos continúan perdiendo frente al avance de los precios.