En una cumbre que acaparó la atención mundial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, se reunieron este viernes en Alaska para un cara a cara que no logró concretar ningún acuerdo decisivo sobre el futuro de la guerra en Ucrania. Esta fue la primera vez que Putin pisó territorio occidental desde que ordenó la invasión en febrero de 2022, un conflicto que ya dejó decenas de miles de muertos y en el que, en los días previos a la reunión, las fuerzas rusas avanzaron en el terreno. El encuentro tuvo lugar en la base aérea de Elmendorf, la mayor instalación militar estadounidense en Alaska y un símbolo histórico de la vigilancia contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría. No fue invitado el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, quien ha rechazado públicamente cualquier presión para ceder territorios ocupados por Rusia. Trump aseguró que cualquier acuerdo final se definirá en una futura reunión tripartita con Zelensky, con la intención de “dividir” las zonas en disputa, un planteamiento que genera desconfianza en Kiev y en varias capitales europeas. Este fue el primer encuentro entre Trump y Putin desde 2019, y se dio en un contexto donde ambos líderes persiguen objetivos muy distintos. Trump llega con la promesa de lograr un alto el fuego que le permita presentarse como artífice de la paz (y potencial candidato al Nobel), mientras que Putin busca aliviar la presión de las sanciones occidentales y, según analistas, ganar tiempo para consolidar sus avances militares.