En el Gobierno nacional le restaron importancia a la última jugada política de Jorge Macri, quien se posicionó como apoderado del PRO en la Ciudad con el objetivo de tener peso en las negociaciones de cara a un posible acuerdo con La Libertad Avanza. Desde el entorno de Karina Milei aclararon que el jefe de Gobierno porteño no será parte de la mesa y que las condiciones del oficialismo se sostienen sin modificaciones. Karina Milei aspira a replicar en la Ciudad de Buenos Aires la misma lógica que se aplicó en la Provincia: preeminencia de La Libertad Avanza en la alianza, con el antecedente de la negociación con Cristian Ritondo, avalada por Mauricio Macri. “Fue un gesto político (el de Jorge Macri), pero en la práctica no significa nada. No va a firmar”, relativizaron fuentes oficiales, que aseguraron haber recibido aclaraciones desde el entorno del expresidente apenas se conoció la designación del alcalde como apoderado del PRO. Las condiciones que impone la secretaria general de la Presidencia siguen firmes: LLA quiere encabezar la lista de Diputados nacionales y quedarse con las tres candidaturas al Senado, incluida la suplencia, para evitar eventuales regresos al Gabinete (como se especula con Patricia Bullrich). Además, insisten en que el armado electoral debe llevar el color violeta, el logo del águila y el sello de La Libertad Avanza sin agregados. En ese marco, Karina Milei mantiene su veto personal sobre Jorge Macri y también sobre Silvia Lospennato, quien compitió internamente contra Manuel Adorni en las elecciones pasadas. En el Gobierno consideran que tienen la ventaja política: no solo por haber ganado a nivel nacional, sino porque en la Ciudad su candidato superó al PRO, que quedó relegado al tercer lugar. “Ellos tienen mucho más para ganar con nosotros que al revés”, afirmaron fuentes libertarias. Pese al clima tenso, los canales de diálogo siguen activos, aunque sin contactos directos entre Karina Milei y Mauricio Macri, quienes nunca se reunieron en privado desde el inicio del gobierno. Por ahora, las conversaciones las llevan adelante Pilar Ramírez (presidenta del partido violeta en CABA) por parte de Karina, y Ezequiel Sabor, funcionario porteño cercano al expresidente. En el PRO cayó mal la exclusión de Jorge Macri, no solo por una cuestión personal, sino por lo que consideran una desautorización al jefe de Gobierno en su propio distrito. Desde la Casa Rosada no están dispuestos a ceder en ese punto: Javier Milei no le perdona al alcalde porteño su rol en la campaña electoral y lo ha dejado en evidencia con desplantes públicos incluso en actos oficiales. Desde el entorno de Mauricio Macri, en tanto, siguen con distancia y escepticismo. “No va a haber acuerdo”, dijeron con contundencia. Incluso deslizaron que el PRO podría no acompañar al oficialismo en el Congreso, justo en la antesala del debate por los vetos presidenciales a los aumentos votados para jubilaciones y pensiones por discapacidad. Más allá de las diferencias personales, en el PRO remarcan que lo que está en juego es el fondo del acuerdo. Pero también dudan de que las negociaciones, en estas condiciones, puedan prosperar.