En una jornada cargada de memoria y reclamos, la AMIA volvió a exigir justicia a 31 años del atentado que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. El presidente de la entidad, Osvaldo Armoza, fue categórico al afirmar que “Irán es el máximo responsable del atentado”, y exigió “resultados concretos y respuestas firmes” a las “incógnitas que aún persisten” tres décadas después del ataque. El acto central se realizó frente a la sede de la mutual, bajo el lema “la impunidad sigue; el terrorismo también”, y comenzó a las 9:53, la hora exacta en que explotó la bomba el 18 de julio de 1994, con el sonido del shofar, cuerno tradicional del pueblo judío. Entre los presentes estuvieron el presidente Javier Milei, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, legisladores nacionales y delegaciones extranjeras. Armoza advirtió sobre el contexto regional, al pedir que los países vecinos declaren a Hezbollah como organización terrorista, y vinculó el aumento del antisemitismo tras el ataque de Hamas a Israel en octubre de 2023 con los riesgos actuales. También señaló que el atentado a la AMIA “no puede entenderse como un hecho aislado”, sino como parte de una “estrategia regional de penetración articulada desde Teherán”, a través de estructuras clandestinas que operan bajo fachada diplomática, religiosa y cultural. Durante su discurso, también hubo una mención directa al caso del fiscal Alberto Nisman, asesinado en 2015: “Su muerte es otra herida abierta. Nos preguntamos: ¿también deberán pasar 30 años para saber la verdad?”, dijo Armoza, y dirigió sus palabras al fiscal Eduardo Taiano y al juez Julián Ercolini: “Si tienen impedimentos, ¡denúncienlos! El silencio es complicidad”, remató. Finalmente, valoró el apoyo del actual gobierno argentino en la lucha contra el terrorismo, y sostuvo que el país “se ha parado del lado correcto de la historia”.