Tras una semana en la que acumuló seis derrotas legislativas consecutivas, el Gobierno opta por replegarse y planificar sus próximos movimientos. Buscará aprovechar el tiempo a su favor: postergará el veto a las tres leyes aprobadas el jueves pasado en el Senado, el paquete previsional y la emergencia en discapacidad para intentar reconectar con antiguos aliados que le dieron la espalda, como macristas, radicales y gobernadores dialoguistas. Javier Milei dispone de diez días hábiles para vetar las normas, pero ese plazo comienza a contar una vez que el Congreso notifique formalmente al Poder Ejecutivo. Hasta ahora, ese trámite no se ha realizado, y el oficialismo pretende demorar al máximo el inicio del conteo. Todos ponen la atención en el miércoles como fecha clave: si ese día se envían los proyectos, el Presidente podría postergar su decisión hasta el 30 de julio. El margen de maniobra es estratégico: el Gobierno lo aprovechará para retomar el diálogo con los actores que le advirtieron que la alianza parlamentaria solo se mantendrá si el vínculo se vuelve recíproco, encabezados por los gobernadores. Dos de sus proyectos (la redistribución automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos) ya cuentan con media sanción en el Senado y deben ser tratados ahora en Diputados para convertirse en ley. No obstante, esas iniciativas aún no fueron enviadas a la Cámara baja. Tampoco se remitió la insistencia sobre la emergencia en Bahía Blanca, previamente vetada por Milei semanas atrás. La estrategia oficial es clara: demorar el avance legislativo para enfriar tensiones y ganar tiempo. En paralelo, el Gobierno tendrá que enfrentar a la oposición más dura. El kirchnerismo intentará aprovechar el impulso generado en el Senado para presionar por el tratamiento de los proyectos pendientes, aunque reconocen que la semana que viene “será difícil”, según sus principales referentes. El receso invernal, que se extenderá del 21 de julio al 1° de agosto, jugará a favor de Milei. El oficialismo ya impulsa que los empleados legislativos se tomen vacaciones, con la intención de frenar la actividad parlamentaria, ganar tiempo y, en caso de lograr recomponer alianzas, reconstruir puentes antes de que se reactive la actividad en el Congreso. Cabe recordar que, en su momento, la Cámara de Diputados aprobó el aumento jubilatorio con 142 votos a favor, 67 en contra, 19 abstenciones y 29 ausentes. Por su parte, la emergencia en discapacidad obtuvo 148 votos positivos, 71 negativos, 34 ausentes y 3 abstenciones. Entre las abstenciones y ausencias (clave para sostener el veto presidencial) se encuentran macristas y radicales. Para evitar una derrota, Milei deberá reunir nuevamente a sus “87 héroes”; hoy le faltarían cerca de 20.