La prisión domiciliaria que cumple la ex presidenta Cristina Kirchner, tras ser condenada a seis años de prisión en la causa “Vialidad”, entra en una nueva etapa. Luego de la resolución del Tribunal Oral, ahora será la Cámara Federal de Casación Penal la que revisará la situación, incluyendo la detención en su departamento, el uso de la tobillera electrónica y el régimen de visitas. Esos tres aspectos, la detención domiciliaria, el uso de la tobillera electrónica y el régimen de visitas fueron apelados tanto por la Fiscalía como por la defensa de la ex mandataria. Mañana comenzará una audiencia clave en la Cámara Federal de Casación Penal, que será el segundo tribunal en intervenir en la causa. La expectativa está puesta en si se producirán cambios en la situación actual de Cristina Kirchner. La audiencia se llevará a cabo mañana a las 12 en el primer piso de los tribunales de Comodoro Py. Según informaron fuentes judiciales a Infobae, estarán presentes los abogados de la ex presidenta, Alberto Beraldi y Ary Llernovoy, junto con el fiscal general de Casación, Mario Villar. Durante la sesión, tanto la defensa como la Fiscalía expondrán sus argumentos, y Villar tiene previsto además presentar un escrito. Luego de la audiencia, los camaristas estarán en condiciones de resolver los planteos. Aunque cuentan con un plazo de cinco días hábiles, se espera que la decisión se tome durante la próxima semana. El 17 de junio, el Tribunal Oral Federal 2 de Comodoro Py otorgó la prisión domiciliaria a Cristina Kirchner. Esta medida fue concedida a pedido de la ex presidenta, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmara su condena y habilitara el inicio del cumplimiento. Los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso otorgaron la prisión domiciliaria a Cristina Kirchner por razones de seguridad y por su edad, 72 años. Los magistrados señalaron que, debido al intento de homicidio que sufrió en septiembre de 2022, su detención en una cárcel requeriría medidas de seguridad especiales que implicarían un aislamiento indefinido, algo incompatible con un régimen habitual de cumplimiento de condena. Por eso, establecieron que cumpla la prisión domiciliaria en su departamento ubicado en la calle San José 1.111, en el barrio porteño de Monserrat, bajo ciertas condiciones. Entre ellas, el uso obligatorio de una tobillera electrónica para controlar que no salga del domicilio y la obligación de “abstenerse de adoptar conductas que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes“. También se fijó un régimen de visitas. El Tribunal Oral autorizó a Cristina Kirchner a recibir en su domicilio a familiares, médicos, custodios y abogados sin necesidad de pedir autorización previa, siempre y cuando se trate de personas incluidas en un listado presentado por ella. Cualquier otra visita debe ser autorizada por la Justicia. Por ejemplo, esto ocurrió la semana pasada con la visita del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva. En su apelación, los abogados de Cristina Kirchner argumentaron que el uso de la tobillera electrónica “tiene un fuerte contenido simbólico” y que “se convierte en un castigo adicional”. Señalaron que la “imposición indebida de este dispositivo de monitoreo electrónico transforma una herramienta de control en un elemento de punición”. Respecto al régimen de visitas, la defensa objetó las restricciones que obligan a ciertas personas a solicitar autorización para visitarla, alegando que no existe norma alguna que obligue al Tribunal Oral a imponer tales límites. Además, remarcaron que, en la práctica, ninguna persona que cumple prisión domiciliaria enfrenta ese tipo de restricciones. También cuestionaron que los jueces no hayan fundamentado adecuadamente la razón para establecer estas limitaciones.