En las últimas horas, se concretó una nueva salida en el Gobierno: Gabriel Oriolo presentó su renuncia como titular de la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), organismo encargado del control de las obras sociales. El propio funcionario comunicó la decisión en sus redes sociales: “El lunes es mi último día como Superintendente de Servicios de Salud ya que tomé la decisión de renunciar al cargo por motivos personales. Esto fue conversado desde el primer momento con el Ministro de Salud, a quien le agradezco públicamente, como ya lo hice en privado por todos estos meses de trabajo en equipo y el compromiso”. En su mensaje, Oriolo destacó que cumple un objetivo concreto antes de dejar el cargo: “Me voy con la tranquilidad de haber cumplido el objetivo central que nos propusimos desde el primer día: recuperar el rol fiscalizador de la Superintendencia, un rol que en los últimos años no se cumplió. La salud en la Argentina arrastra una crisis estructural de décadas y eso exige reordenar el sistema con transformaciones profundas como las que está llevando adelante el Gobierno Nacional”. "Durante este año y medio al frente de la @SSSALUD, impulsamos reformas históricas tanto en la seguridad social como en la medicina privada: eliminamos la famosa “triangulación”, un negocio legal de décadas a costa de los beneficiarios, redujimos drásticamente los tiempos de respuesta a los reclamos, reformamos el régimen de sanciones a los agentes incumplidores, publicamos los valores de los planes para facilitar la libertad de elección, achicamos la estructura política del organismo, mejoramos la trazabilidad, promovimos compras conjuntas con ahorros millonarios y desregulamos un sistema que atentaba contra la competencia y favorecía a unos pocos, solo por nombrar algunas de las medidas", agregó. En ese mismo posteo, Oriolo señaló que Claudio Stivelman y Juan José Picón continuarán al frente del organismo, "dos funcionarios con los que comparto la visión de hacia dónde hay que ir". El Ejecutivo continúa con la depuración del sistema sanitario, enfocándose particularmente en las llamadas entidades “sellos de goma”. Estas organizaciones se inscribían para recibir subsidios destinados a supuestos servicios que, en la práctica, no brindaban. Con la reforma del Subsidio de Mitigación de Asimetrías (SUMA), se modificó la fórmula de distribución: se distribuye ahora según la cantidad real de afiliados, eliminando el beneficio desproporcionado para obras sociales chicas, que operaban sin prestar servicios efectivos