El Ministerio de Educación de San Juan adoptó medidas concretas en torno a la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) y el uso del lenguaje inclusivo en los establecimientos educativos. El objetivo, según lo expresado, es evitar cualquier forma de adoctrinamiento y asegurar una formación objetiva, crítica y respetuosa para los estudiantes. El anuncio fue realizado a través de Radio Sarmiento, en un contexto nacional marcado por la reciente habilitación de una línea para denunciar casos de adoctrinamiento por parte del Ministerio de Capital Humano. En ese marco, la ministra de Educación de San Juan, Silvia Fuentes, sostuvo una postura clara respecto a la revisión del material didáctico en las escuelas. Indicó que se ha excluido bibliografía considerada "compleja" o "polémica", particularmente en lo referido a contenidos de educación sexual. “Una de las bibliografías más complejas, que generó polémica años atrás y sobre la que siempre se tuvo un juicio crítico, es la vinculada a la educación sexual”, expresó Fuentes. Además, confirmó que ese material “fue inhabilitado y se dio la orden de que no llegara a manos de los chicos”. En San Juan, el Ministerio de Educación ordenó la exclusión de materiales que abordaban el lenguaje inclusivo y prácticas sexuales en el ámbito escolar. Aunque esos contenidos ya no se utilizan en las aulas, aún permanecen archivados en las instituciones educativas. Actualmente, la prioridad está puesta en la distribución de materiales vinculados al plan de alfabetización provincial. La ministra de Educación, Silvia Fuentes, explicó que el objetivo es “formar un juicio crítico” y desarrollar “personas que puedan pensar libremente”, sin imponer una bibliografía que “marque una tendencia”. Si bien en la provincia la Educación Sexual Integral (ESI) continúa vigente como ley, ya no se trabaja con los materiales elaborados durante la gestión anterior. La implementación actual de la ESI se adapta a cada escuela a través de un Proyecto Educativo Institucional (PEI), considerando las particularidades del contexto y la comunidad escolar. En relación con el uso del lenguaje inclusivo, la ministra Silvia Fuentes fue contundente: “No debería utilizarse en ninguna escuela. Nosotros siempre vamos a priorizar una mirada basada en el conocimiento científico, en la Real Academia Española y en el uso correcto del idioma”. Asimismo, afirmó que desde el Ministerio se bajó una directiva clara: “El lenguaje inclusivo desaparece acá”. Y agregó: “Ninguna docente puede transmitir ese mensaje ni utilizar lenguaje inclusivo en el aula”. Se remarcó que, aunque los estudiantes pueden llegar a las aulas utilizando lenguaje inclusivo aprendido en sus hogares, los docentes no están autorizados a emplearlo dentro del ámbito escolar. Esto incluye expresiones como “buenos días todes”, que han sido explícitamente desaconsejadas. Según lo indicado por el Ministerio de Educación de San Juan, la escuela debe ser un espacio donde los alumnos puedan desarrollar sus habilidades y acceder a conocimientos sin influencia ideológica. Para garantizar este enfoque, el Ministerio ha puesto un “énfasis muy importante” en la revisión exhaustiva de todo el material bibliográfico, con el objetivo de que ningún contenido llegue a las escuelas sin pasar previamente por la evaluación de especialistas y contar con la debida aprobación oficial. Además, se destacó que la supervisión del desarrollo de contenidos y el seguimiento en el aula son responsabilidades fundamentales de los directivos y supervisores escolares. El rol del Ministerio, en palabras de sus autoridades, es “cuidar la cabeza de nuestros niños” y preservar “la integridad de cada uno de nuestros estudiantes”, promoviendo una formación que permita conocer, ser, convivir y pensar críticamente, sin adoctrinamientos ni imposiciones ideológicas.