La jueza Julieta Makintach, protagonista de una de las mayores polémicas judiciales recientes, presentó este martes su renuncia al cargo que ejercía en el Tribunal en lo Criminal N°2 de San Isidro. Su dimisión fue formalizada por su abogado ante el jurado de enjuiciamiento que analizaba su conducta, luego de que se aceptaran ocho denuncias en su contra, una de ellas impulsada por el procurador bonaerense Julio Conte Grand. Makintach quedó en el centro del escándalo tras quedar expuesto que estaba registrando un documental titulado Justicia Divina durante el juicio oral por la muerte de Diego Armando Maradona, sin autorización ni conocimiento de las partes. El video en el que la magistrada admite estar filmando con fines audiovisuales generó un fuerte impacto institucional y aceleró su salida del Poder Judicial. En la carta de renuncia, dirigida al gobernador Axel Kicillof, Makintach afirma que tomó la decisión “con serenidad” y en función del “daño que la prolongación de la situación actual podría generar a la confianza pública en el Poder Judicial”. Además, sostuvo que su carrera fue “extensa e intachable”, pero admitió que su continuidad se tornaba inviable tras las repercusiones del caso. La ahora exjueza defendió su accionar hasta último momento, pero reconoció en su carta que la legitimidad del sistema judicial “no se sostiene exclusivamente en la legalidad formal, sino también en la percepción pública de confianza”. El juicio por la muerte de Maradona continúa rodeado de controversias. Y la salida de Makintach deja al proceso a la espera de un nuevo juez para continuar con el debate oral, mientras se acumulan cuestionamientos por la exposición mediática y las decisiones adoptadas durante el juicio más sensible del país.