Tenía apenas 7 años cuando su vida fue interrumpida por una bala perdida en medio de un tiroteo en La Matanza. Sin embargo, el nombre de Thiago Correa no quedará marcado solo por la tragedia, sino también por un gesto inmenso de amor: sus padres decidieron donar sus órganos, y gracias a ello, cuatro personas recibieron una nueva oportunidad de vivir. El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) informó que los órganos de Thiago fueron trasplantados con éxito: su corazón fue implantado en un niño de 4 años; uno de sus riñones, en un nene de 5; el hígado, en una adolescente de 13; y el otro riñón fue destinado a una mujer de 46 años. Daira, su mamá, recibió un mensaje del INCUCAI detallando el destino de cada órgano. "Thiago salvó cuatro vidas. Esas personas ahora pueden recuperar su calidad de vida gracias al inmenso acto de amor que tuvieron vos y Fabián", decía el comunicado, que fue compartido en varios medios. Por su parte, Fabián, el papá de Thiago, relató cómo tomaron la difícil decisión en medio del dolor: "Cuando nos confirmaron que tenía muerte cerebral, supimos que donar era lo correcto. No fue fácil, pero pensamos que así, una parte de él iba a seguir viviendo". El padre también expresó cómo ese acto de generosidad les trajo algo de consuelo: "Saber que ayudó a otras personas nos trajo un poco de paz. Cuando veamos a los chicos jugar en una plaza, vamos a sentir que él está ahí, entre ellos".