Este miércoles, miles de personas se congregaron frente al Congreso de la Nación para rechazar el ajuste impulsado por el Gobierno de Javier Milei, cuyas políticas impactan de forma directa sobre jubilados, trabajadores de la salud y personas con discapacidad. La movilización coincidió con la tradicional marcha de los jubilados, el reclamo del Hospital Garrahan por la emergencia pediátrica y la jornada de lucha del movimiento Ni Una Menos, convirtiéndose en una verdadera intersección de luchas sociales. Mientras tanto, dentro del recinto, unos 130 diputados lograron el quórum necesario para avanzar con iniciativas clave: un posible aumento del 7,2% para jubilaciones y pensiones, la prórroga de la moratoria previsional, y la declaración de emergencia en los sectores de discapacidad y salud pediátrica. La presencia de profesionales de la salud, docentes, terapistas y familiares fue contundente. Todos reclamaron que el Estado se haga cargo del financiamiento de las prestaciones esenciales. “Estamos hablando de derechos básicos, no de privilegios”, expresó un referente del Foro Permanente para la Promoción y la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Desde el Foro también respondieron con dureza a los dichos del titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, quien había afirmado que “la discapacidad no es problema del Estado”. “La atención de una persona con discapacidad se sostiene, como cualquier otra prestación de salud, con un sistema de seguros solidarios financiado por los aportes de la población. La diferencia está en la falta de voluntad política para garantizarlo”, remarcaron. Durante la jornada se vivieron momentos de tensión cuando efectivos de Gendarmería impidieron el paso de personas con discapacidad que intentaban llegar al Congreso. Las imágenes del operativo se viralizaron en redes sociales y generaron un amplio repudio entre manifestantes y organizaciones sociales. Calificada por muchos como un “supermiércoles de protesta”, la jornada visibilizó con fuerza el impacto humano de los recortes económicos. “Estamos acá porque no podemos seguir esperando. Se está jugando con nuestras vidas, nuestras infancias, nuestros adultos mayores. Esta es una lucha por la dignidad”, afirmaron desde una de las organizaciones convocantes. Una vez más, el Congreso fue epicentro del clamor social ante un modelo económico que muchos califican como excluyente y regresivo.