Desde la Dirección del INTA San Juan, en conjunto con las jefaturas de las Agencias de Extensión Rural y los Grupos de Investigación, expresaron su “profunda preocupación y absoluto rechazo” a la reforma estructural que impulsa el Gobierno Nacional sobre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). La iniciativa, presentada como parte de un plan de ajuste económico, contempla cambios que, según advirtieron podrían derivar en “el desmantelamiento de un organismo clave para el desarrollo agropecuario nacional”. Uno de los puntos más críticos de la propuesta es el recorte del 25% del personal del INTA, lo que implicaría la desvinculación de profesionales con alta calificación técnica, muchos de los cuales accedieron a sus cargos mediante concursos públicos de antecedentes y oposición. Esta reducción (alertaron desde la institución) no solo amenaza fuentes laborales, sino también pone en riesgo décadas de conocimiento técnico acumulado y de trabajo sostenido en los territorios. La reestructuración también contempla una modificación en la composición del Consejo Directivo del INTA, que implicaría una reducción en la representación de los productores y de las universidades públicas, actores históricamente fundamentales en la toma de decisiones del organismo. Para los referentes locales, este cambio representaría “una pérdida sustancial de pluralidad, federalismo y visión territorial”. Otro de los aspectos más cuestionados por las autoridades de San Juan es la eliminación del área de extensión rural, considerada una herramienta clave para el vínculo directo entre el INTA, los productores agropecuarios y las comunidades rurales. “Este recorte afectaría gravemente la capacidad de llegada al territorio, interrumpiendo procesos de transferencia tecnológica y acompañamiento técnico que hoy garantizan la sostenibilidad de muchas economías regionales”, advirtieron. Desde San Juan, también destacaron el rol histórico del INTA en el desarrollo regional. “Hemos sido protagonistas en la generación y preservación de variedades de vid y olivo, pilares de la economía sanjuanina”, señalaron. La institución ha sostenido durante décadas un trabajo activo en investigación aplicada, innovación tecnológica y asesoramiento técnico a productores, cooperativas y gobiernos locales, contribuyendo de forma directa a la sostenibilidad de las economías regionales. Según alertaron, el debilitamiento del organismo tendría consecuencias devastadoras: paralizaría procesos de innovación, afectaría directamente a la producción agropecuaria en todo el país y pondría en riesgo la viabilidad de miles de pequeñas y medianas explotaciones rurales. “Esto representa un retroceso inaceptable en la construcción de soberanía científica, tecnológica y alimentaria”, concluyeron. Mientras se aguarda el tratamiento legislativo del proyecto de reforma, desde el INTA San Juan llamaron a la reflexión, al diálogo institucional y a la defensa de una herramienta que aseguran ha sido y debe seguir siendo estratégica para el desarrollo productivo y territorial de la provincia y del país.