El gobierno nacional accedió a reunirse con tres delegados de los médicos residentes del Hospital Garrahan, en medio de la escalada del conflicto por los paupérrimos salarios que perciben tanto el personal de salud como el administrativo del principal centro pediátrico del país. Si bien no se presentaron propuestas de mejoras salariales concretas, las autoridades evalúan implementar un plus por productividad, aunque aún no se conocen detalles de cómo se aplicaría. Desde el Ministerio de Salud aseguran que el conflicto en el Hospital Garrahan no responde a una falta de recursos, sino a un problema de eficiencia en el uso del gasto. Según fuentes oficiales, no hay restricciones presupuestarias, y apuntan directamente a los gremios y al personal administrativo, a quienes acusan de retener de forma indebida fondos que, afirman deberían destinarse al personal sanitario. Como respaldo, señalan que el crédito inicial del hospital para gastos corrientes y de capital aumentó un 241% en lo que va de 2025, pasando de 48 millones a 165 millones de pesos. A pesar de ese incremento, los salarios de los médicos (tanto de planta como residentes) continúan en deterioro. Los profesionales advierten que la pérdida del poder adquisitivo ronda el 40%. El conflicto con los residentes, que estalló la semana pasada, terminó de agravar una situación ya crítica en uno de los hospitales pediátricos más prestigiosos del país. Mientras las autoridades intentan enfriar el malestar con la promesa de un eventual plus por productividad, desde los equipos de salud denuncian precarización y abandono. La tensión, lejos de disiparse, parece escalar. Los médicos del Hospital Garrahan venían impulsando medidas de reclamo por mejoras salariales desde hace varias semanas. Sin embargo, debieron suspender una acción prevista para este martes luego de que las autoridades del hospital solicitaran la intervención del Ministerio de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria. Pese a ello, la protesta no se desactivó por completo. La decisión de los médicos residentes y concurrentes de continuar con medidas de fuerza (como paros iniciados la semana pasada) profundizó la crisis en el hospital, vaciando aún más los servicios. La situación pone en evidencia una de las grandes fragilidades del sistema de salud pública en el país: su dependencia estructural e irregular del personal en formación para sostener la atención diaria. En el caso del Garrahan, esa dependencia resulta especialmente crítica. El hospital, referente nacional en pediatría, opera con una carga creciente sobre los hombros de residentes que, a pesar de su rol central, perciben salarios que muchos describen como indignos. Por ahora, no hubo propuestas concretas del Gobierno respecto a una mejora real en los ingresos. “Se les ofreció una mesa de trabajo y diálogo. Se les comunicó que está en estudio una propuesta de mejora de ingresos con recursos propios del hospital, que se sumarían a los $200 mil que hoy ya reciben. Para avanzar con la mesa, se les pidió que levanten las medidas de fuerza, pero no aceptaron levantar el paro”, informaron desde el Ministerio de Salud. Mientras tanto, la Asamblea de Residentes convocó a una conferencia de prensa para este miércoles a las 12 del mediodía, en la puerta del hospital sobre la calle Combate de los Pozos. Allí, los profesionales en formación expondrán su postura de manera conjunta y detallarán los pasos a seguir en el marco del conflicto. Desde el Ministerio de Salud aseguran que, por el momento, no temen un impacto significativo en la incorporación de médicos al sector público, pese a la creciente precarización salarial y las condiciones laborales que empujan a muchos profesionales a buscar alternativas en el ámbito privado. “Por ahora no tenemos un problema de deserción”, afirmaron con firmeza fuentes oficiales. Sin embargo, la percepción entre los médicos es completamente distinta. En los hospitales nacionales y especialmente en los de la ciudad de Buenos Aires, que concentran la mayor cantidad de residentes se advierte una reducción sostenida en la planta de profesionales. Muchos de los médicos que se forman en hospitales públicos optan por desarrollar su carrera exclusivamente en instituciones privadas una vez que finalizan su residencia, debido a las mayores retribuciones y mejores condiciones laborales. Aun así, gran parte del sistema público sigue funcionando gracias a ese personal en formación, que cubre guardias, consultorios y salas con salarios que, en muchos casos, no alcanzan a cubrir el costo de vida. La mayoría de ellos, de hecho, combina sus tareas en el hospital con empleos en el sector privado, buscando compensar los bajos ingresos que ofrece el sistema estatal.