Javier Milei no tardó en celebrar. Con su clásico grito virtual de guerra, “¡Viva la Libertad, Carajo!”, saludó el batacazo que dio La Libertad Avanza en la capital de Salta, donde Emilia Orozco se impuso sorpresivamente. Fue apenas una muestra del clima de euforia que se vivió en el oficialismo nacional tras los comicios del domingo, donde se celebraron triunfos propios y de aliados en cuatro provincias: Salta, Jujuy, Chaco y San Luis. Un domingo favorable para la Casa Rosada Aunque en estas elecciones no estaba en juego ningún cargo nacional, el Gobierno recogió buenos resultados en territorios gobernados por aliados. Gustavo Sáenz (Salta), Leandro Zdero (Chaco), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Poggi (San Luis) revalidaron su poder territorial. Para la Casa Rosada, estos triunfos confirman la eficacia de una estrategia basada en alianzas pragmáticas y acuerdos flexibles a nivel local. En Chaco, por ejemplo, la fórmula de sumar la marca de La Libertad Avanza a la estructura del frente oficialista Chaco Puede Más resultó determinante para vencer a Jorge Capitanich. La estrategia fue impulsada por Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem, contrastando con el enfoque más selectivo que propone el asesor Santiago Caputo. El batacazo libertario y los límites del kirchnerismo La gran sorpresa del día fue la elección en la capital salteña. Aunque el gobernador Sáenz ganó a nivel provincial, perdió en ese distrito ante el impulso libertario. Allí fue clave el apoyo territorial de dirigentes como Iñaki Gutiérrez, Agustín Romo y Daniel “El Gordo Dan” Parisini, que apuntalaron la candidatura de Emilia Orozco. En Jujuy, los libertarios también celebraron al conseguir representación legislativa en una elección marcada por la fragmentación de listas. En San Salvador, el oficialismo radical de Sadir —ex delfín de Gerardo Morales— retuvo el poder pero con alianzas diversas. En contraste, el kirchnerismo vivió una jornada demoledora. Perdió en Chaco, donde competía su figura más fuerte, Jorge Capitanich, y también en San Luis, donde los candidatos alineados con Alberto Rodríguez Saá fueron derrotados. En Salta y Jujuy apenas alcanzaron el tercer y cuarto lugar. Los analistas coinciden: ganaron los oficialismos locales Para Federico Aurelio (Aresco), los grandes ganadores fueron los oficialismos provinciales, que supieron capitalizar el desdoblamiento de los comicios para diferenciarse del humor nacional. Destacó además a La Libertad Avanza como el único espacio nacional que logró presencia relevante en estos comicios. Facundo Nejamkis (Opina Argentina) subrayó que los gobernadores demostraron “buen olfato político” al separar los comicios, permitiendo ganar incluso en distritos donde Milei tiene alta imagen. También destacó que el espacio libertario logró representación en legislaturas locales, aunque todavía sin reflejar la fuerza que tendría Milei en una contienda presidencial. En tanto, Gustavo Córdoba (Zuban Córdoba) relativizó los logros libertarios y afirmó que el verdadero ganador fue la gobernabilidad local. Alertó sobre un dato preocupante: la baja participación electoral. “Es la elección con el piso de participación más bajo desde 1983”, señaló. Perdedores: kirchnerismo, PRO e izquierda Nejamkis y Aurelio coincidieron en marcar al kirchnerismo como uno de los principales derrotados, con malas performances en todas las provincias. Aurelio sostuvo que el espacio ha perdido fuerza tanto territorial como ideológica. La izquierda, por su parte, no logró capitalizar su base histórica en Jujuy y quedó muy relegada en las otras provincias. El PRO, espacio liderado por Mauricio Macri, fue prácticamente invisible. Córdoba fue más allá y señaló que “el gran perdedor fue el sistema político”, en referencia a la desafección ciudadana expresada en la baja participación.