El presidente Javier Milei basó su discurso de este jueves en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, en atacar a la que llamó "agenda woke", a la que consideró "el cáncer que hay que extirpar". "Hasta que no saquemos esta ideología aberrante de nuestra cultura, la civilización occidental no logrará retornar a la senda de progreso", aseguró. Así, se sumó a las críticas de otros líderes mundiales de derecha, especialmente el mandatario norteamericano, Donald Trump, quien lanza habituales diatribas contra lo que considera "un exceso de corrección política". Qué es la ideología woke El término woke ("despierto" en inglés) es una expresión estadounidense que tomó relevancia en la década de 2010 para referirse a quienes se preocupan por cuestiones de igualdad. Si bien se originó en la década de 1930 entre personas críticas del racismo institucional que sufrían los afroamericanos en Estados Unidos, en este siglo se fue extendiendo para abarcar a ciudadanos con conciencia sobre la justicia social. Estos aspectos, vinculados a sectores a la izquierda del aspecto político, incluyen empoderamiento femenino, extensión de derechos a minorías raciales e identidades sexuales, legalización del aborto y redistribución de la riqueza en el marco de las desigualdades del capitalismo liberal. Es decir, que mientras que para algunos ser "woke" es tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras, para otros describe a hipócritas que se creen moralmente superiores y quieren imponer sus ideas progresistas sobre el resto. Para los críticos es corrección política, que atenta contra la libertad y "los valores tradicionales estadounidenses". Lo que empezó como un choque cultural se fue transformando en un enfrentamiento político. El término "woke" se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda o liberales. Políticas con las que se asocia el Partido Demócrata. En contraposición, el ala más extrema del Partido Republicano, liderada por Donald Trump, considera que estas políticas representan no solo una amenaza a los "valores de familia" sino incluso a la misma democracia, a la que se quiere "reemplazar con una tiranía woke".