El embajador argentino en Estados Unidos, Gerardo Werthein, reemplazará a Diana Mondino al frente de la Cancillería. El presidente Javier Milei lo eligió a partir de los logros de su gestión en Washington. El diplomático también es vicepresidente del Comité Olímpico Internacional. Werthein, hombre de confianza del jefe de Estado, secundó a Milei en reuniones que tuvo en suelo norteamericano incluso antes de asumir al frente del Poder Ejecutivo. Participó de la agenda del mandatario cada vez que viajó a EE.UU. y tuvo un rol destacado en su último paso por Nueva York, a fines de septiembre, cuando disertó ante la asamblea de la ONU, visitó la bolsa de Wall Street y se encontró con el magnate Elon Musk. El flamante canciller es un destacado empresario que integró hasta 2019 el Grupo Werthein, uno de los holding de negocios más grandes del país vinculados al sector de las finanzas, las comunicaciones, los seguros y la agricultura, entre otros. Veterinario de profesión, desembarcó en el mundo de la dirigencia deportiva tras un recorrido en el ámbito de la equitación. Fue durante 12 años presidente del Comité Olímpico Argentino, donde también tuvo una gestión respetada. Modernizó la estructura del organismo y logró avances con el financiamiento del deporte amateur, hasta que dejó el cargo en 2021. Además fue titular del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). En 2022, Werthein incursionó en la industria periodística al adquirir el periódico uruguayo El Observador, en una sociedad junto al empresario Gabriel Hochbaum y un grupo de inversores. En estos meses al frente de la embajada, Werthein fortaleció los lazos bilaterales entre la Argentina y la Casa Blanca. También tuvo un rol activo en la captación de potenciales inversores para el país. Llegará al Ministerio de Relaciones Exteriores luego de que Javier Milei tomara la decisión de desplazar a Mondino por votar en contra de Estados Unidos e Israel, los dos principales aliados internacionales del Gobierno, en la asamblea de la ONU en la que se debatió levantar el embargo contra la dictadura de Cuba. En las últimas semanas Mondino ya había tenido dos bajas importantes en su cartera: el vicecanciller Leopoldo Sahores, y el embajador en la ONU, Ricardo Lagorio, dos pesos pesados de la diplomacia. El primero venía resistiendo como secretario de Relaciones Exteriores a pesar de ser uno de los apuntados por la alta dirigencia libertaria, en su lucha por imprimirle un sello propio a la política internacional del Gobierno. Lo reemplazó Eduardo Bustamante, quien hasta ahora era cónsul en Montevideo. El segundo protagonizó un fuerte cortocircuito con la Casa Rosada en la última Asamblea General de Naciones Unidas. En su lugar asumió Francisco Tropepi, otro diplomático de prestigio, quien secundaba en Washington al embajador Werthein. Para sumar conflictividad, hace unos días Mondino volvió a estar en el ojo de la tormenta cuando se difundió en un comunicado oficial el nombre “Falklands” para referirse a las Islas Malvinas. Mondino se había reunido con Gilles Carbonier, vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para tratar la reanudación de las negociaciones del Tercer Plan del Proyecto Humanitario, orientado a la identificación de los combatientes argentinos caídos en la guerra. Mondino también venía de lamentar otra confusión diplomática en Nueva Delhi, India: primero sostuvo que el gobierno libertario podría rever su postura y “estudiar” un posible ingreso a los BRICS, el foro político y económico de países, entre los que se encuentran Irán y Rusia, si el bloque logra un sistema financiero propio como alternativa a la plataforma internacional de pagos Swift. Sin embargo, luego tuvo que rectificarse a través de las redes sociales: “En el viaje por India, ratificamos que Argentina no ingresará a los BRICS. Dicho esto, nuestra relación comercial con cada uno de sus miembros a nivel individual nunca ha sido mejor. La política exterior del gobierno ha sido y seguirá siendo sumamente clara”, planteó la funcionaria.