Hasta ahora si una empleada de la administración pública provincial de San Juan da a lúz a un bebé prematuro, el sistema laboral, en lo que respecta a la licencia por maternidad, la trata casi de la misma manera que a una madre que tuvo un hijo a término. Esto, sin atender que el niño prematuro requiere de mayores cuidados que si no se dan, conllevan el riesgo de vida del pequeño. Para cambiar esta situación, acaba de ingresar un proyecto a la Legislatura local, con la meta de extender estos permisos hasta 12 meses, para estos casos tan particulares de maestras o trabajadoras estatales en general. La iniciativa es de la legisladora justicialista Stella Caparrós, quien explicó que considera importante reformar el sistema de licencias, y que su proyecto va destinado a casos "de bebés prematuros, que tienen que seguir internados por problemas de salud y que a veces las mamás tienen que volver a trabajar cuando ellos siguen con esta internación". Además, su idea es incorporar una licencia para los papás, por el plazo de un mes, siempre hablando de niños nacidos con graves problemas y riesgo de salud alto. También cita que a largo plazo, es causa de complicaciones severas como por ejemplo la parálisis cerebral, displasia broncopulmonar, retraso mental y madurativo, déficit del neurodesarrollo, menor rendimiento escolar, compromiso de la visión y de la audición. Estos riesgos aumentan en forma inversamente proporcional a la edad gestacional en la que se haya desencadenado el nacimiento. Entre el 70% y 75% de los recién nacidos pre-término, son nacidos en el periodo denominado Prematurez tardía, o sea entre las 34 y 36,6 semanas de gestación. Qué busca cambiarse en las licencias sanjuaninas: Que las madres con un parto pre-término tengan los mismos derechos que aquellas que tuvieron un nacimiento a término, de 37 semanas de gestación o más.  Colaborar con el descenso de mortalidad infantil, uno de los ocho "objetivos de desarrollo milenio" de las Naciones Unidas, que la Argentina se comprometió a cumplir junto a otros 188 países en el año 2000, mediante la generación de mejores condiciones para el vínculo madre- hijo en los casos de madres trabajadoras e hijos nacidos prematuramente.  Permitir una mayor equidad en las diferentes clases económicas, ampliando la protección de la maternidad para todas las mujeres que trabajan y que tienen un niño prematuro, pudiendo darle más tiempo a esta función. Ante una situación de vulnerabilidad en los primeros meses de vida de un hijo, hay madres, con mejor condición económica, que podrían optar por dejar de trabajar, pero hay otras que no pueden elegirlo por más que evalúen que la situación lo merece.  La legisladora sostiene en su iniciativa que más de las tres cuartas partes de los bebés prematuros pueden salvarse con una atención sencilla y costo-eficaz, consistente, por ejemplo, en ofrecer una serie de servicios sanitarios esenciales durante el parto, el periodo postnatal, para todas las madres y todos los lactantes, administrar inyecciones de esteroides prenatales, aplicar la técnica de la madre canguro (cuando la madre sostiene al bebé desnudo en contacto directo con su piel y lo amamanta con frecuencia), administrar antibióticos para tratar infecciones o asistirlo en neonatología, entre otros.