El pasado viernes, el presidente Javier Milei rubricó el decreto que reglamenta el Impuesto a las Ganancias, una medida que será oficializada este lunes en el Boletín Oficial y entrará en vigor el próximo martes. Este paso marca la restauración de la cuarta categoría del tributo, aprobada a finales de junio como parte integral del reciente paquete fiscal debatido en el Congreso. Según lo acordado en las negociaciones con la oposición, se mantendrá una modificación clave en los umbrales de ingresos no imponibles. A partir de ahora, el piso será de $1,8 millones para solteros, equivalente a aproximadamente $1,5 millones netos, y de $2,2 millones para contribuyentes con dos hijos, aproximadamente $1,95 millones netos. Previamente, el mínimo no imponible equivalía a 15 salarios mínimos ($234.315,12), lo que se traducía en $3,5 millones brutos a partir de julio. El impacto directo del decreto se reflejará en los sueldos a partir de agosto, afectando a cerca de un millón de trabajadores que hasta la fecha estaban exentos del tributo. Las alícuotas oscilarán entre el 5% y el 35%, con montos a pagar que van desde aproximadamente $3000 mensuales hasta más de $100.000 mensuales para quienes superen los $2.500.000 brutos anuales. Es crucial destacar que, conforme a la nueva normativa, también se incorporarán al cálculo del impuesto ingresos adicionales como horas extras, aguinaldos y viáticos de larga distancia para sectores específicos como los camioneros y zonas patagónicas. Para mantener la actualización del mínimo no imponible acorde a la inflación, se realizarán ajustes trimestrales durante el año 2024 y, posteriormente, de manera semestral basada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este decreto representa uno de los últimos pasos pendientes tras la aprobación de medidas relacionadas con la moratoria, el blanqueo y Bienes Personales, consolidando así un marco normativo fiscal más robusto y actualizado para el país. Con estos cambios, el gobierno busca asegurar una mayor equidad en la carga tributaria, adaptándose a las necesidades económicas actuales y preparándose para enfrentar los desafíos futuros en materia fiscal.