Tenía pedido de captura desde el 21 de marzo de 2024 y sobre él pesaba una recompensa de $5.000.000. Su cara circuló por todas las redes sociales y medios de comunicación. Aún así, Abel Guzmán (43), el homicida que quedó filmado cuando asesinaba de un tiro en la cabeza al colorista Germán Medina en una peluquería de Recoleta, logró evadir a la justicia durante 10 semanas. Hasta este miércoles. Fuentes oficiales confirmaron a Infobae que los investigadores de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad dieron con Guzmán en una casaquinta del partido bonaerense de Moreno de la calle Miserere, donde se escondía. Según las primeras informaciones, allí lo apresaron. El aviso de una vecina que lo identificó y el rastro de los IP, que lo ubicaban en la zona de Moreno. Fueron la clave, aunque los investigadores no tenían la ubicación precisa. “Lo vieron, lo reconocieron, fueron a hacer tareas y lo agarraron”, explicaron fuentes del caso a infobae. El cruel asesinato de Medina ocurrió el 20 de marzo pasado por la noche en la peluquería Verdini de la calle Beruti, un salón de belleza frecuentado por diversos famosos. Mientras un grupo de empleados estaba sentado en ronda, el peluquero Guzmán los increpó y disparó contra el colorista. Medina, de 33 años y una larga trayectoria en su rubro, tal como Guzmán, fue trasladado todavía con signos de vida por personal del SAME al Hospital Fernández, pero murió a los pocos minutos. En paralelo, el homicida logró huir por una ventana y desde entonces nada más se supo de él. Así, desde el Juzgado N°48, a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, se firmó el pedido de captura al otro día del crimen. La labor de encontrar a Guzmán fue de Homicidios de la Policía de la Ciudad. En paralelo, el pasado 22 de abril, el Gobierno de la Nación oficializó la recompensa para quien brindare información concreta sobre el paradero de Guzmán. Fue de $5.000.000.