Delincuentes entraron de madrugada a una escuela rural de 25 de Mayo y casi la vaciaron. No le mezquinaron a nada a la hora de robar. Se llevaron más de 20 computadoras, además de otros artefactos, algunas sillas y hasta los ravioles que tenían para la comida. El ataque fue perpetrado contra la Escuela Rafael Alberto Arrieta de la calle Divisoria, entre 23 y 24, en el distrito veinticinqueño de Pozo Salado. Claudia Oyola, su directora, señaló que el robo fue descubierto el martes en la mañana cuando llegaron a iniciar sus actividades. En ese establecimiento concurren un total de 60 alumnos, entre chicos de nivel inicial, primario y secundario. “Este es el primer robo que sufrimos en el año. Antes tuvimos otros robos”, explicó la docente, quien explicó que el establecimiento no cuenta con vigilancia y tampoco con casero. También relató que el robo se produjo entre la noche del lunes y la madrugada del martes último. Según contó, una vecina se dio una vuelta por la escuela el lunes a las 21 y vio que todo estaba en orden. Todo indica que horas más tarde, aparecieron delincuentes y rompieron una puerta trasera del establecimiento. De esa forma accedió a un salón de usos múltiples. De allí sustrajeron 20 notebooks entregadas por el Gobierno Nacional, una impresora, una fotocopiadora y algunas sillas. También rompieron el candado de la dirección y de esa oficina se llevaron una computadora de escritorio y un parlante. Además, pasaron por la cocina y robaron mercadería, entre ella los ravioles y las naranjas que sirven a los niños durante los almuerzos. La directora supone que actuaron más de dos delincuentes para llevarse tantas cosas. Los policías, por otro lado, encontraron algunas marcas de pisadas y huellas de un vehículo. Eso respalda la teoría de que emplearon una camioneta o un auto para cargar todo el botín.