La madre de Fernando Báez Sosa compartió en su cuenta de Instagram una imagen conmovedora, a una semana de la sentencia contra los ocho rugbiers por el crimen de su hijo. “Hace una semana nació en mi ventana. Ya está listo para volar… Lindo”, publicó Graciela Sosa junto a la foto de un pajarito, al parecer un pichón de paloma, en una maceta con flores que la mujer tiene en su casa. Si bien no hizo una referencia directa a su hijo o a la condena, la fotografía tuvo una interpretación metafórica por los usuarios de la red social y rápidamente se viralizó. La condena Los fiscales del juicio por el crimen de Báez Sosa y los abogados que representan a los padres de la víctima formalizaron la reserva para requerir al Tribunal de Casación Penal bonaerense que se revisen las condenas a 15 años que recibieron tres de los ocho imputados del homicidio cometido en enero de 2020, en la ciudad balnearia de Villa Gesell. En tanto, la defensa de los acusados, a cargo del letrado Hugo Tomei, también hizo la reserva ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores para recurrir a Casación por las condenas a prisión perpetua que recibieron Máximo Thomsen (23), Ciro Pertossi (22), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23) y Luciano Pertossi (21); y a 15 años que le dictaron a Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Lucas Pertossi (23). Báez Sosa (18) fue asesinado la madrugada del 18 de enero del 2020 a la salida del boliche “Le Brique” en pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell, tras ser atacado a golpes por un grupo de jóvenes que acababan de ser expulsados de la disco. Horas después del homicidio, los ahora condenados fueron detenidos en la casa de veraneo que alquilaban a pocas cuadras de la escena del crimen, y actualmente están alojados en el penal de Melchor Romero. El ataque a Fernando quedó filmado por decenas de cámaras de seguridad municipales y de teléfonos celulares de testigos presenciales, los que sirvieron a la investigación para individualizar y establecer la responsabilidad de cada uno de los condenados en el asesinato. En su fallo, el tribunal tuvo en cuenta esas imágenes y testimonios, y también la prueba científica como, por ejemplo, el peritaje que halló la impronta de la zapatilla de Thomsen en el rostro de la víctima, y el ADN de Fernando en las botamangas del jean de Cinalli, lo que para los jueces demostró que estos dos agresores patearon a Fernando en el piso.