Viernes 29.03.2024
Actualizado hace 10min.

Los rugbiers pidieron más asistencia psicológica y que los visite un pastor evangélico

Hay preocupación en el Servicio Penitenciario por el estado psicológico de los condenados por el crimen del joven en Villa Gesell.

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Una gran preocupación se generó entre las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) por el estado de salud que atraviesan los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa, sobre todo aquellos que recibieron prisión perpetua, luego de que se conociera que padecen una depresión que podría llevarlos a tomar una drástica decisión.

Fuentes penitenciarias revelaron que "los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen", al tiempo que indicaron que "hay temor de que alguno pueda suicidarse".

Desde que fueron detenidos por el asesinato de Báez Sosa hasta la actualidad "jamás se pelearon a golpes de puño", porque los guardias los tenían "bien custodiados".

"Si bien pudo haber ocurrido alguna discusión, no pasó de eso", precisaron las fuentes consultadas ante el hermetismo del SPB.

"Ellos estaban mal antes del juicio, imaginate ahora ya condenados de esta manera", explicó la fuente penitenciaria.

De hecho, más allá de las penas que recibieron, un golpe duro que sufrieron fue el secuestro de los dos teléfonos celulares a Comelli y Cinalli, porque se descubrió que usaban redes sociales, algo que está prohibido dentro de la cárcel, porque solo se pueden hacer llamadas a familiares y allegados.

En ese sentido, uno de ellos habló con un funcionario del SPB y le dijo: "Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos". Esa frase alertó al Servicio Penitenciario Bonaerense y se pidió un extremo cuidado de los ocho.