Este martes se desarrolló la séptima audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, el caso que tiene al país en vilo. Durante la jornada, se confirmó que la huella de la zapatilla Cyclone, que quedó marcada en el rostro de la víctima, es de Máximo Thomsen. María Eugenia Cariac, criminalista, fue convocada para brindar precisiones sobre la presunta similitud entre el calzado con suela blanca, utilizado por el acusado Máximo Thomsen. A su vez, declararon María Luján Elvira Molina, quien intervino en las pericias para establecer las medidas de los pies de los imputados, y Haydeé Almirón, quien fue citada para referirse a pericia scopométrica que comparó el dibujo de las suelas de los calzados secuestrados a los imputados con la huella hallada en el rostro de la víctima. Los expertos realizaron un estudio para determinar de quién era el calzado, cómo fue utilizado y qué tipo de golpes propinó. La marca en el rostro de Fernando fue cotejada con todas las zapatillas encontradas en la casa donde los rugbiers fueron detenidos: en total, 19 pares. El análisis se llevó a cabo en Mar del Plata, dentro de un laboratorio de la Polícía Federal Argentina, por orden de la fiscal Verónica Zamboni, de la Unidad Funcional de Instrucción 6 de Villa Gesell. Fuente: Vía País