Sergio Massa ya es el nuevo ministro de Economía y está imponiendo su propio ritmo. Conoce los resortes del Ejecutivo luego de más de 20 años de haber ocupado diferentes puestos, desde asesor hasta jefe de Gabinete. Pero no sólo conoce los recovecos del Ejecutivo, sino que su paso como presidente de la Cámara de Diputados también le dieron herramientas para entender el funcionamiento del Poder Legislativo. Y está dispuesto a utilizarlas. Días atrás, luego de asumir, cruzó los metros que separan el Museo de la Casa Rosada con el Ministerio de Economía y fue al quinto piso, donde está su nuevo despacho. Luego de un encuentro con sus colaboradores, fue al microcine del Palacio de Hacienda y realizó los primeros anuncios como ministro de Economía. Luego de hacer referencias a definiciones macro, se dirigió a sus antiguos colegas parlamentarios, a quienes les pidió por la aprobación de un paquete de leyes. Así fue que en una parte de su discurso dijo: “Al Congreso, para pedir el rápido tratamiento de las leyes que benefician en términos impositivos a la construcción, a la bio/nanotecnología, a la agroindustria y a la industria automotriz. Porque son grandes generadores de empleo y crecimiento”. Pero, minutos más tarde, explicó bien cómo era el pedido: “Vamos a promover por DNU -Decreto de Necesidad y Urgencia- regímenes para los sectores de agroindustria, minería, hidrocarburos, y de economía del conocimiento, con beneficios impositivos para todo el acrecimiento de exportaciones. Salvo el capítulo impositivo que vamos a esperar su tratamiento en el Congreso, en el resto de los temas vamos a avanzar rápido por DNU”. La parte impositiva es la que prevé la amortización acelerada en Ganancias, devolución del IVA y conversión en bono de crédito fiscal en un 50% para los titulares de proyectos de investigación y/o desarrollos aprobados. Para el caso del Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, el proyecto aún se está debatiendo en las comisiones de Agricultura y Ganadería e Industria de la Cámara baja y la oposición quiere llevar uno propio. El proyecto que envió el Poder Ejecutivo en noviembre pasado, busca lograr una mayor industrialización en la actividad agropecuaria para exportar con mayor valor agregado, a través de la incorporación de inversiones y de mayor tecnología (semillas, fertilizantes, genética, entre otros). Entre los beneficios impositivos que establece se destaca la reducción del tiempo de devolución del IVA. Además propone estimular la producción sustentable con semillas, fertilizantes y otros insumos. Para poder acceder los beneficiarios deberán demostrar en cada ejercicio fiscal del impuesto a las Ganancias la superación de uno o más de los siguientes indicadores: volumen de ventas, producción, exportaciones, personal ocupado o inversiones. Por último, el de promoción de la industria automotriz recibió media sanción en Diputados el pasado 5 de julio. Obtuvo 227 votos a favor, 8 en contra y 1 abstención, y busca promover las inversiones en todos los eslabones de la cadena de valor automotriz, es decir, terminales y autopartistas y empresas que agregan valor a partir de procesos industriales. Entre los beneficios fiscales plantea: devolución anticipada del IVA; amortización acelerada de los bienes de capital y de las obras de infraestructura; y que los derechos de exportación van a ser de 0% hasta el 31 de diciembre de 2031. Fuente: Infobae