Martes 16.04.2024
Actualizado hace 10min.

Femicidio en Buenos Aires: un hombre asesinó a su pareja de 40 puñaladas delante de su hijo de 3 años

“La amenazaba con que la mataría si ella lo dejaba”, se lamentó un hermano de la víctima. El homicida está prófugo.

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El femicidio de Mayerling, una venezolana de 25 años, fue el trágico desenlace de una relación de seis años en la que ella fue víctima de violencia de género. José Antonio Rangel Moyeton, su pareja y padre de su hijo, es el principal sospechoso de haberla asesinado de unas 40 puñaladas y permanece prófugo. “La amenazaba con que la mataría si ella lo dejaba”, se lamentó el hermano de la víctima. Este domingo, en medio de una fuerte discusión, cumplió con su advertencia.

La forma en la que el crimen salió a la luz fue tan impactante como la saña con la que actuó el femicida, y la impunidad con la que abandonó la escena del crimen después como si nada hubiera pasado dejando un único testigo: su propio hijo. De acuerdo a la reconstrucción, después de asesinar a su pareja, Moyeton llamó a su hermana, Sasha, y la esperó junto con el menor en la entrada del edificio donde vivía, en la calle Yerbal al 2.900. Cuando la mujer llegó, solo le comunicó que se iba porque había discutido con Mayerling, le dejó al nene de 3 años y se fue.

Sasha subió hasta el departamento para ver cómo estaba su cuñada y empezó a llamarla en voz alta apenas entró, pero no hubo respuesta. Tampoco la encontró a simple vista y entonces escuchó la voz de su sobrino diciéndole que “su padre la había acuchillado”.

El cuerpo de la víctima estaba tirado en el piso entre dos camas y tapado con unas sábanas. Alrededor, todo estaba revuelto y había manchas de sangre por todas partes. El asesino también había descartado junto a ella la cuchilla tipo carnicero que habría usado para matarla.

Mayerling Mariana Blanco Bravo era la tercera de cuatro hermanos y la única mujer. En diálogo con el portal venezolano Es Reviral, su hermano Manuel contó que la víctima y el sospechoso se conocieron en Barinas y que como él consiguió trabajo como barbero en Argentina, los dos dejaron su país para empezar una nueva vida.

“Ella buscaba un mejor futuro, progresar, salir adelante”, explicó Manuel. Sin embargo, su pareja era violenta y, lejos de su familia, Mayerling trataba de mantenerlos ajenos tanto como podía de las agresiones a la que la sometía. “La amenazaba con que la mataría si lo dejaba. Ella no nos decía si él le pegaba, pero sí que la amenazaba”, remarcó el joven.