Miércoles 08.05.2024
Actualizado hace 10min.

Para el gobierno nacional el 74% de la actividad productiva del país ya se recuperó

Según cifras oficiales indicaron que en medio de la pandemia hubo un alza en el desarrollo económico. El Indec semanas atrás declaró un 44,2% de población en pobreza. 

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Apoco de cumplirse diez años sin crecimiento económico, dos de crisis, y uno de pandemia, el Gobierno presenta al 2021 como el año de la recuperación. Para ello, se asume que Argentina tocó fondo. Cerraremos el 2020 con una caída superior al 10% del PBI, más del 20% de desocupación real y un 44,2% de la población en la pobreza.

Para argumentar la salida del pozo económico y social, el gabinete se respalda en cifras que muestran una incipiente recuperación en la actividad durante esta última parte del año. Por caso, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec creció un 1,9% mensual en octubre (sin estacionalidad), acumulando seis meses consecutivos de crecimiento. Incluso, el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, advirtió en su Panorama Productivo de diciembre que el 74% de la actividad perdida en el peor momento económico de la pandemia ya se recuperó.

El rebote se da en paralelo al relajamiento en las medidas de cuidado y confinamiento sanitario en todo el país. El Presupuesto 2021 diseñado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y aprobado por el Poder Legislativo, tiene un supuesto fundamental: la no existencia de una segunda ola de contagios. Sobre esta base, se eliminan los gastos asociados a la ayuda económica para hacer frente a los efectos de la pandemia, principalmente los programas ATP e IFE.

Las vacunas, la economía mundial y Argentina al 2021

el aprovisionamiento de vacunas es fundamental para la recuperación económica. Los Estados que gozan de mayores ingresos se apresuraron en comprar y reservar dosis por adelantado. De hecho, países que implican el 14% de la población mundial ya poseen el 54% de las dosis previstas para los próximos meses. Así, hay países que acumulan dosis suficientes para vacunar varias veces a su población. Este ranking es encabezado por Canadá, quien posee vacunas suficientes para inmunizar 5 veces a cada uno de sus habitantes. De esta forma, la mayoría de los países pobres se quedarán sin vacunas. Según investigadores del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke, no habrá suficientes vacunas para cubrir a la población mundial hasta el año 2023, o incluso el 2024. 

Argentina se encuentra en un lugar intermedio entre estos dos extremos. La delicada situación de la economía nacional nos coloca en una posición de debilidad dentro de la competencia por el aprovisionamiento de vacunas. En particular, nuestro país tiene una importante restricción de dólares: las reservas líquidas del Banco Central están en niveles críticos. Esto puede ayudar a explicar la preferencia del Gobierno por la Sputnik V frente a la de Pfizer: mientras cada dosis de la vacuna producida en los Estados Unidos tiene un costo de alrededor de US$20, las dosis fabricadas en Rusia cuestan cerca de US$10. Cabe destacar que la desarrollada por AstraZeneca/Oxford es la más barata, unos US$4 por dosis, pero su producción se encuentra demorada.

El Presupuesto para el año próximo prevé un rebote en la economía nacional del 5,5%. El economista Orlando Ferreres es más optimista: su consultora estima un crecimiento de entre el 6% y el 7%. El martes pasado, el ministro Guzmán aseguró al medio internacional Project Syndicate, que el Gobierno prevé "una senda de reducciones constantes de la inflación, coherente con una tendencia hacia la consolidación fiscal que libera al Banco Central de la presión de financiar al gobierno y refuerza la credibilidad de la política macroeconómica".

Un rebrote y un atraso en el calendario vacunatorio podría desarmar los planes oficiales. Tener que avanzar hacia nuevos confinamientos y parates en la actividad productiva llevaría a que el Gobierno retome los planes de asistencia a las empresas. Lo mismo puede ocurrir con las transferencias hacia los sectores que vean restringidos sus ingresos, como el IFE.