La noche del 16 de septiembre de 1976 un grupo de jóvenes militantes de la Unión de Estudiantes (UES) y de la Juventud Guevarista fueron secuestrados en la ciudad de La Plata, por parte de la policía de la Provincia de Buenos Aires. En ese entonces estaba el gobierno militar a cargo del General Rafael Videla.  La mayoría de los jóvenes tenía militancia política y durante la primavera de 1975 realizaron movilizaciones que reclamaron y obtuvieron el Boleto Estudiantil Secundario. Para reconocer la importancia de ese acontecimiento, Dame Noticias dialogó con Florencia y Natanael, quienes reconocieron la importancia de la conquista del boleto estudiantil y la lucha por los derechos de las y los estudiantes.  “Durante la Noche de los Lápices, se plantó una semilla de resistencia estudiantil que no quedó detenida en el tiempo y que continuamente nos abraza e impulsa en cada acto de militancia”, expresa Natanael, estudiante de Historia e integrante del Movimiento Universitario Unido (MUU) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).   Por su parte, Florencia estudiante e integrante de la Federación Universitaria de la UNSJ, opinó: “Los jóvenes que salieron a reclamar por el boleto estudiantil entendieron que esa era una causa justa por la que tenían que luchar, ponerle el cuerpo y ponerse al frente. Entendemos que las batallas se dan en colectivo y que la juventud ha tenido históricamente y tiene aún hoy un rol fundamental en la construcción de un país soberano”.  DN- ¿Por qué creen ustedes que los estudiantes deben seguir conquistando los derechos estudiantiles? -Natanael: "La Juventud estudiantil secundaria y universitaria, debe encaminar una lucha en donde las reivindicaciones no se alejen de nuestras agendas políticas, y en donde podamos encauzar el retumbar de nuestras voces en aquellos reclamos que se interesen por las necesidades básicas aún no cubiertas como el “Boleto Educativo Único y Gratuito” en la provincia de San Juan". -Florencia: "Creo profundamente que hoy el país necesita a las juventudes organizadas y con un rol central en la elaboración de agenda del Estado, instalando la necesidad de discutir cuestiones de género, ambiente, economía social, brecha digital, formas de organización, pensando en clave de construcción del futuro, en la reivindicación de lo colectivo y de la política como la transformadora de realidades".