Miércoles 24.04.2024
Actualizado hace 10min.

¿Y el placer femenino dónde está?

Este sábado es el Día internacional del orgasmo femenino y desde Filo.News hablamos con una sexóloga y una influencer feminista y generadora de memes sobre la construcción del deseo, la educación sexual y la importancia del propio manoseo genital. 

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Este 8 de agosto, además de cumplirse dos años desde que la cámara de senadores rechazara la media sanción a la ley que permitía los abortos seguros en nuestro país, es el Día Internacional del Orgasmo. Sí. Así de irónica es esta fecha. Festejamos el placer de ser casi autónomas y de casi habitar nuestros cuerpos con libertad, al casi cuadrado.  

Hace mucho que quiero hacer esta nota porque hace mucho que la idea de una sexualidad "femenina" vacía da vueltas en mi cabeza. Pongo femenina entre comillas porque todo lo referido a dividir el mundo en dos (masculino y femenino) me incomoda, aunque todavía no haya encontrado otra forma de nombrarlo. 

También noté que había que hablar de esto cuando busqué "eyaculación" y en Wikipedia estaba definida como el acto de "lanzar" semen por el pene. Y si querés saber cómo funciona la eyaculación para las personas con vulva, tenés que entrar al link que dice "eyaculación femenina". O sea, los varones tienen la potestad de la eyaculación y nosotras eyaculamos "femeninamente".

Así, muchos términos. "Acabar", es uno de ellos. Mientras que los varones utilizan esa palabra para referirse a su eyaculación (ya que luego de hacerlo, deben esperar algunos minutos para volver a la acción), nosotras, que no tenemos ni pasamos por el "periodo refractario" y que podemos seguir, no tenemos una palabra que nos defina. Porque el sexo, culturalmente, es de los varones y las palabras para referirse a él, también.

La construcción social de nuestra sexualidad está basada en un receptor del placer y una dadora del mismo. Y todo abordado desde una perspectiva heterosexual obligatoria. Ellos son quienes deben saciar sus necesidades más brutales y nosotras, relegadas a ser siempre las servidoras, quienes tenemos que lograr colmarlos. Si no creen que sea así, les invito, como siempre, a mirar las fotos de portada de todas las páginas porno mainstream y decirme qué ven. 

Si hablamos de deseo, hay vacío. Si hablamos de placer y conocimientos, también. Por eso, para tratar de entender cuánto nos falta y cómo venimos respecto a la construcción social de nuestra sexualidad, desde Filo.News hablamos con dos expertas: Cecilia C, sexóloga y divulgadora y N3neka, feminista y generadora de memes que hablan del placer femenino sin tapujos. 

La medicina es un varón

Respecto a esto hay muchísmo para decir pero tal vez sólo dos datos sirvan para darnos una idea de la poca información que tenemos respecto a nuestra sexualidad desde la óptica médica. 

Durante la época victoriana del siglo xix, las mujeres que padecían problemas uterinos, hormonales o emocionales eran diagnosticadas con una supuesta enfermedad llamada "histeria femenina", la cual no tenía remedio y solo se calmaba por medio de masajes de clítoris, o sea, masturbándose.  Los médicos manipulaban la vulva de la paciente hasta que esta alcanzaba el orgasmo, momento en que se aplacaban los síntomas de su mal que era, nada más y nada menos que calentura. 

Para la medicina, nuestro deseo sexual, nuestras ganas de coger, eran una patología. 

Pero sigamos. En 1998, la uróloga australiana Helen O’Connell describió por primera vez la anatomía completa del clítoris con todos sus elementos. Yo tenía trece años en 1998.

"La medicina no piensa en el placer y la psicología tampoco. La ciencia va siempre a la patología. Tenemos una cosa muy operativa. No importa si siente o no placer, pero tiene que funcionar. Creo que por eso desde la medicina la y la sexualidad femenina, a nadie le importó mucho. De hecho, a nadie le importó mucho, en general, lo que le pasa a las mujeres", reflexiona la sexóloga. 

Pero llegaron los feminismos. Que si bien la luchan y miitan desde antes de la Revolución Francesa, fue en la década de los 60 que este movimiento heterogéneo y enorme, comenzó a cuestionar nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Desde ahí hasta el día de hoy, con algunos momentos de intermitencia, las cuestiones "femeninas" dejaron de ser "cosa de mujeres" y empezaron a conectarse con el afuera, un afuera que, desde siempre había sido ocupado por varones.  

"Me parece que lo que se investiga responde a una agenda de interés, ¿y quienes son los que manejan los intereses básicamente y la sexualidad femenina? La realidad es que las personas a cargo de las investigaciones siempre fueron hombres, hasta hace muy poquito, y de hecho todavía ocupan ellos los lugares de poder", sostiene la sexóloga.

Nobleza obliga, la medicina intentó estudiar los orgasmos femeninos pero, otra vez nobleza obliga, persiguiendo, según la especialista, algún interés varonil al respecto. "En los estudios respecto a la sexualidad femenina, los orgasmos, por ejemplo se estudiaban, sí, pero el foco era la implicancia en el factor reproductivo. La disfunción eréctil es una de las más estudiadas por una cuestión de reproducción y del placer masculino, porque todo está teñido del placer masculino", indica Cecilia C.

ESI y confusión 

 

Una de las características de la Ley de Educación Sexual Integral es que aborda las enseñanzas desde una perspectiva de género y da herramientas a las infancias para salir al mundo con información respecto a nuestra sexualidad. 

Pero la sexualidad es un montón de cosas más que coger. El la percepción de tu cuerpo, la conexión con tu genitalidad, es cómo nos enseñaron a contactarnos con las otras personas, es nuestro género y también nuestra identidad.  

"Yo no creo que sea el único lugar, recontra personal lo digo, pero no creo que el placer femenino y la sexualidad femenina tengan que ver con el placer genital. Creo que recién ahora estamos poniendo el foco ahí, porque es una de las grandes deudas que tenemos, pero hay un montón de aristas en la sexualidad femenina que todavía no son agenda", reflexiona la especialista.

"Lo que pasa es que lo que se estudia también va cambiando en función de concepciones culturales, de cómo va cambiando el guión sexual que tenemos. La eyaculación precoz no existía antes como patología hasta que se empezó a exigir que el sexo dure un poco más, por ejemplo. Es la agenda cultural de la percepción social de algunos temas que van generando las investigaciones, las patologías y los tratamientos y todo lo demás y que dicen que está bien y que está mal", agrega. 

El acceso a la información respecto a nuestra sexualidad es en Argentina, desde 2006, un derecho a nivel nacional. La ESI, necesaria y herramienta clave a la hora de hablar de abusos y libertades, empieza a trabajar en las escuelas desde hace más de diez años, aunque con mucha resistencia.

Y si bien es importante entender que la ESI es fundamental, también saber que no es suficiente ya que sólo funciona si al rededor de la Educación Sexual Integral también existen factores y generadores culturales que están atravesados por ella.

La Ley Micaela, es un buen ejemplo. Esta ley que busca capacitar a todo el personal del Estado respecto a la violencia de género, debería también ser aplicada en los medios de comunicación, en las agencias de publicidad, en fin, en todos los sectores productivos que generen consumos culturales influyentes.     

"Nosotras no accedemos a un montón de información, pero la sociedad nos ubica y nos etiqueta desde muy chicas en un rol completamente sexualizado. La idea es más o menos así: 'no sabemos nada pero somos sexys'. Si seguimos con estos índices de abuso sexual, no hay posibilidad de placer femenino y la educación sexual integral no alcanza. Básicamente no es solo la educación sexual sobre genitalidad, sino sobre corporalidad y en consentimiento y vínculos. Los grandes enemigos del placer femenino de mi lista personal son: el abuso, la imagen corporal y el porno mainstream", sentencia la sexóloga. 

El deseo, ese motor vacío

 

¿De qué hablamos cuando hablamos de deseo? Esta pregunta es compleja ya que respuestas hay miles. El deseo no es una única cosa y no se puede analizar desde una sola óptica, porque adentro de este concepto existe y convive lo íntimo, lo imaginario y lo social. 

Muchas veces deseamos lo que debemos desear y muchas otras, lo que se supone que no debemos. Lo que está socialmente mal, lo "pecaminoso", ese deseo que nos genera culpa. Otras, deseamos de acuerdo a lo que aprendimos a desear. A nuestras posibilidades y herramientas pero, sobre todo, a nuestro género impuesto al nacer.

Si tenés vulva, tu mayor deseo es ser deseada. Nuestra generación, la generación de los treinti y las que siguen más arriba, tienen esta concepción sexual del deseo "femenino", la idea es que un varón te elija para pasar la vida con vos y así salvarte.

La historieta del príncipe azul, el estigma de la solterona, son de nuestra época y un fantasma que aún merodea en nuestras cabezas modificando hasta nuestros impulsos más íntimos.  

¿Pero el deseo es el mismo para todes? No, como dijimos más arriba, según el género asignado, suponemos lo deseado. "Creo que la diferencia en el concepto, entre lo que es masculino y femenino, no es tan distinto. Esta predisposición a la actividad sexual es igual en todas las personas. Sí creo que hay diferencias de contenido y cuando hablamos de eso podemos pensar en el deseo espontáneo", sostiene la sexóloga.

"Por decirlo de una manera más hormonal o de actividad erótica mental, se justifica en los hombres desde la testosterona. Pero las mujeres también están en alguna, depende del momento del momento del ciclo menstrual", agrega. 

Pero hay algo del deseo que se alimenta desde lo social. Ese aspecto, clave en el que insistimos, tiene que ver con la división de los géneros y los preconceptos, ideas, gustos y formas que debemos adoptar.  

"Hay una gran parte del deseo espontáneo que se alimenta con mucha fantasía mental, muchos pensamientos eróticos disponibles en la cabeza. En lo masculino está muchísimo más alimentado culturalmente. El pensamiento sexual está más activo porque está reforzado, porque nunca fue censurado o por un montón de condicionantes. En cambio, en la mujer no. Lamentablemente tenemos mucho más inhibida la sexualidad, tenemos más señales de alerta en nuestro cerebro, más en cosas que nos frenan el deseo que las que lo fomentan", explica la sexóloga.

 

Aún así, no todo está perdido. La estimulación visual, el afuera, los consumos y las libertades son formas de generar espacios en donde nuestra sexualidad puede profundizar lazos con nosotras mismas. 

Durante décadas la certeza de que los varones son "más visuales" que las mujeres a la hora de estimularse sexualmente nos condicionó. Y no sólo eso, sino que además nos ubicó en un lugar ajeno, distinto, un lugar en cual no necesitamos ver para sentir, más bien, necesitamos pensar para calentarnos. 

Si bien estas afirmaciones son ciertas, hay que hacer un parate y preguntarnos hasta qué punto que una sociedad marque con tu género, tus deseos sexuales, tus inhibiciones y placeres, no funciona como generador de estas desigualdades.  

"Nosotras necesitamos más condiciones de seguridad a la hora de desear sexualmente, condiciones de tranquilidad, de sentirnos bien con nuestro cuerpo, entre muchas otras cosas. Pero también hay otra manera de desear, que es la que es el deseo a partir del estímulo y el deseo a partir de un contexto que las mujeres en esta sociedad no lo tienen tan disponible", sostiene Cecilia.

Nueve de cada diez personas que fueron abusadas sexualmente son mujeres. Esta dolorosa afirmación marca un miedo instintivo desde la base. Una no tan pequeña diferencia respecto a cómo vemos y sentimos nuestra sexualidad.

"Nosotras vivimos mucho más bajo amenaza, pues lamentablemente eso sucede. Nuestro deseo se genera a partir de un contexto favorecedor. Por eso las parejas estables lo que se ve es que cuando se generan los contextos, cuando la persona está tranquila, la seducen, la cuidan, la tratan como un ser humano, la persona se engancha. Es que no solo es que somos diferentes a la forma masculina sino que socialmente la que impera es la masculina. Se piensa que la única forma de tener ganas de coger es así, con este deseo receptivo de 'vos me buscás y yo arranco' y nada que ver. También hay otras maneras", especifíca la sexóloga.

Aún así, aunque seamos diferentes, ya sea por razones culturales y/o biológicas, el acceso a la información, al derecho del placer, a la estimulación de nuestro deseo sexual, es un derecho humano que los feminismos persiguen desde hace décadas. 

"La única diferencia biológica que tenemos en el deseo respecto a nuestro género es un poquito más de testosterona libre en el hombre. Pero todo lo demás es cultural. Entonces creo que hay que dejar de tomar como la norma a lo masculino y comprender que lo otro también existe y que sólo es diferente", refuerza. 

La importancia de todo lo que es el manoseo

Cuando empezamos a desarrollarnos sexualmente, hay una clara diferencia entre varones y mujeres cisgénero. Ellos encuentran en la masturbación una especie de lugar de pertenencia con sus pares. Los varones compiten a ver quién se hace más pajas, por ejemplo. 

Hay un vínculo con su pene mucho más afianzado desde pequeñes que el que nosotras tenemos para con nuestra vulva. En la adolescencia, mientras ellos hablan de masturbación, nosotras hablamos de menstruación. Mientras ellos comienzan a explorar el placer sexual, nosotras tomamos conciencia de que somos seres gestantes. Del deseo, el placer y el clítoris, nunca nadie nos contó nada. 

El desconocimiento sobre cómo luce y siente nuestra vulva, lleva a muchísimas personas a no experimentar nunca un orgasmo. De hecho, cuatro mujeres de cada diez admiten que no frecuentan ese fenómeno y dos de cada diez jamás en su vida lo sintieron.  

Hasta ahora. Hoy, impulsado por los feminismos, el deseo y el placer de las mujeres cis y feminidades disidentes pica con likes en las redes y abre cabezas en el afuera. Millones de mujeres, a través de contenidos y consumos feministas, descubren día a día que no sólo sienten placer sexual sino que además, pueden pedirlo. 

Y eso bien lo sabe N3neka, quien creó en sus redes un imperio de memes en donde el deseo, la eyaculación y el orgasmo de personas con vulva tiene lugar, voz y voto. 

"Yo hace un par de años empecé una página de memes en el que me explayaba muchísimo con el humor del placer y relacionar secuencias cotidianas que tenía yo, por ejemplo. Empecé a graficar con imágenes ideas o cosas que me parecían lindas, lo empecé a compartir y fue como bastante gracioso y bastante natural. Ahí entendí como, también a través de la risa, se naturalizan conceptos", cuenta la activista.

 

Tocarse, conectar con nuestro propio placer, puede ser una de las formas más saludables de conocerse. Aún así, saber de nuestra potencialidad, explorar esas más de 8 mil terminaciones nerviosas que tiene nuestro clítoris, es todavía un acto revolucionario. 

"Entendí que a través de la risa es muy mucho más probable que se naturalice algo tan común, tan necesario y tan poderoso como es tocarse, manosearse. Darnos cuenta de que somos nosotras mismas las que podemos cuidarnos y hacernos bien. A través del humor se llega a valorar muchísimo esto que es el placer que nos define", sostiene orgullosa N3neca. 

Y así como el sexo continúa siendo un tabú cultural que frena, llena de miedo y desinformación a les jóvenes, las reglas de censura de Instagram (red social joven por excelencia), muestran cómo ese desconocimiento sigue perpetuándose.     

"Me parece súper importante visibilizarlo y hacerlo cada vez más parte de nuestras vidas y parte de nuestra cotidianidad. La menstruación, o sea, ya hay muchas mujeres que en las redes sociales estamos hablando todo el tiempo de todo. Me calmé un poco porque me cerraron. Si bien Instagram es la red social que me trajo hasta donde estoy hoy, también es la misma que me cerró más de seis cuentas por hablar de masturbación, por hablar de sexo en general y del placer y de lo escatológico", agrega.

Y si bien a información es un derecho, también es muy importante acceder a este tipo de contenidos de una forma cuidada y responsable. Porque claro, internet es infinita y está llena de data del bien pero también llena de información malintencionada, falsa y funcional a este sistema que es patriarcal y que es violento. 

"Me tuve que calmar un poco, porque también entiendo y respeto a esa mamá, a ese papá que tiene un nene de 13 14 que me sigue y que por ahí el contenido es re fuerte. No, no es todavía apto. Entonces lo entiendo, pero me parece súper importante que sigamos gritando lo necesario, que es guiarnos y amarnos y tomarlo como algo terapéutico, como algo parte de nuestras vidas", se explica.

"Así como nos lavamos los dientes, no tenemos que tocar, nos tenemos que conocer el cuerpo. El sexo empieza con nosotras y eso. Yo no soy especialista en sexología, no soy profesora de educación sexual ni mucho menos, pero sí entiendo y felicito y agradezco al placer. El placer es lo que mueve el mundo. El placer es político", finaliza N3neka. 

Para cerrar esta nota tan larga y tan llena cuestiones difíciles de abordar que merecen más un libro que sólo un artículo, la creadora de memes, al charlar sobre la paja, me contó que le había escribió una carta a sus amigas al respecto.