En la mañana del viernes, una repartidora de una distribuidora sufrió el robo de una mochila que contenía 200 mil pesos. El hecho habría ocurrido cuando la mujer, de apellido Gómez, dejó en el asiento trasero de un auto el dinero. La trabajadora, quien fue a su casa, ubicada en el barrio Ford de Santa Lucía, se bajó del rodado únicamente para extraer una de sus pertenencias. En ese descuido, la víctima del hurto luego reconoce que le había secuestrado el motín, que pertenecía a la empresa donde trabaja.