Triste desenlace tuvo la historia de la joven australiana Brianna Rawlings que sacrificó su tratamiento contra la leucemia para poder dar a luz a su hijo, consigna ABC. Cuando recién llevaba 17 semanas de gestación, los médicos le dieron el difícil diagnóstico. El tratamiento del cáncer conllevaba un riesgo muy alto para la vida de su hijo. Entonces Brianna tuvo que decidir y se inclinó por la opción de rechazar el tratamiento para que así su bebé pudiera nacer sin ninguna intervención, lo que se suponía poner en riesgo su vida. Los primeros seis meses de embarazo transcurrieron con total normalidad hasta que se presentaron los primeros problemas. La mujer empezó a sentir malestares, fiebre y dolores que cada vez eran más insoportables. Al ver esta situación los médicos decidieron practicarle una cesárea para que su hijo se pudiera seguir gestando en una incubadora. Kayden no lo logró por culpa de una infección, falleciendo a los doce días tras el procedimiento. Dos meses después, la joven mamá falleció de igual manera, luego de que la leucemia se intensificara. Antes de morir Rawlings indicó a medios locales: "Esos 12 días que pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo y hablando con él fueron tan especiales, fueronlos mejores 12 días de mi vida". Fuente: www.24horas.cl