Miércoles 24.04.2024
Actualizado hace 10min.

En un 2019 electoral, Riquelme encaminará al futuro presidente de Boca

Tanto oficialistas como opositores coinciden en una sola cosa: si el máximo ídolo Xeneize decide acompañar a alguna lista y participar en la política del club como varias veces lo manifestó.

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La hipotética imagen es a la vez el sueño placentero de unos y la pesadilla de otros. Juan Román Riquelme, nuevamente con la número 10 en la espalda, se para en el centro de la Bombonera y agarra un micrófono. Es octubre o noviembre del 2019. En las tribunas, más de 50.000 fieles que consiguieron un lugar en el partido despedida del ídolo más grande de la historia lo escuchan con atención. Otros cientos de miles hacen lo mismo por televisión. Él les cuenta que está “felí” y les avisa en cadena nacional que se presentará en las próximas elecciones.

A poco menos de un año de la votación para elegir al sucesor de Daniel Angelici, quien no tiene más reelecciones y ya decidió que se alejará del fútbol, tanto oficialistas como opositores coinciden en una sola cosa: si decide acompañar a alguna lista y participar en la política del club como varias veces lo manifestó, JR será el factor desequilibrante, al margen de esa imagen del comienzo que a más de un integrante de Comisión Directiva actual se le cruzó por la cabeza y le causó taquicardia.

El escenario actual, luego de la derrota contra River en la final de la Copa Libertadores, también ayuda. No hace falta indagar mucho para notar que la dirigencia eligió el silencio y suspendió el despliegue del arsenal (entre ellos, Boca en tu municipio) para potenciar a Christian Gribaudo, el candidato elegido por Angelici. “Mandamos una tarjeta de felicidades y te responden con insultos de arriba a bajo”, contó un directivo con varias décadas en el club, para que quede claro que no es momento de aparecer.

Por más que haya quienes dicen que Gribaudo sólo estará guardado durante todo el verano y que seguirá teniendo la palanca del Tano, muchos otros aseguran que “no mide” y “no le da” para ser presidente. “En su momento, Daniel le dio la bendición y lo sacó a la cancha. Decían que si ganábamos la Copa iba a tener más fuerza”, dijo uno de los integrantes de la mesa chica. “Si hubiera ganado la Copa, Christian ya podía ir haciéndose el traje”, agregó otro.

La campaña, según explicaron en el oficialismo, va a ser atípica a partir de distintas variables que se complementan pero no son lineales. “Lo principal es que hay enojo en el socio por lo que pasó con River, después existe agotamiento con el proceso del oficialismo en la figura del Tano como referente y, por último, se suma que Macri no es lo que era, pero adentro sigue teniendo fuerza”, enumeró una tercera fuente de la CD.

Con la derrota deportiva, además, asomó más que nunca la fractura de la Comisión. “Tenemos que seguir laburando para mantener al oficialismo”, fue la frase que quedó de un encuentro de fútbol y asado que tuvieron los dirigentes el viernes en la quinta de Angelici. Es que internamente saben que los que antes se bancaban que el Tano haya elegido un candidato a dedo ahora piensan que merecen estar en la conversación. “Va a tener que ser el que mejor mida”, sostuvieron varios, y señalaron a Royco Ferrari y Marcelo London, dos dirigentes con historia en el club, como posibles alternativas. Aunque, por el momento, ninguno de los dos piensa enfrentarlo y tienen claro que sin su “bendición” es imposible.

Sin embargo, también hay otra bendición, que es más pesada y no va a dejar de tomar decisiones en el club que considera el patio de su casa: Mauricio Macri. Abiertamente o por abajo, de acuerdo a la situación del país en 2019, será quien termine de definir quién será el candidato del oficialismo como hizo en las elecciones anteriores. “Hoy no lo tienen a Macri fogoneando, no le da”, indicaron desde la oposición. Sin embargo, el nombre que suena para Boca en la Casa Rosada es Andrés Ibarra, quien fue gerente general y miembro de la CD en varios mandatos y actualmente se desempeña como vicejefe de gabinete del Gobierno y ministro de modernización. “Lo midieron en las encuestas, no lo descartaría”, contaron.

También se sabe de la preponderancia de los votantes que tienen entre 18 y 40 años. En la última elección Ameal obtuvo buena cosecha y en el oficialismo leyendo ese segmento de votantes impulsaron candidatos jovenes como Leandro Crespi, Hipolito Nosiglia y Facundo Zambarbieri. Habrá que ver cual es la estrategia y los nombres que se propongan en los distintos espacios de cara a captar el “voto joven”.

En la vereda de enfrente, en principio estarán nuevamente Jorge Amor Ameal y José Beraldi, ambos decididos a participar en las próximas elecciones, y también hace varias semanas aparecieron pintadas del ex dirigente César Martucci. En primer lugar, en el frente opuesto al oficialismo, Ameal mantiene una militancia constante y espera poder sumar a otras agrupaciones opositoras a la suya que en 2015 fueron con Beraldi. Luego, en una posición intermedia, el mismo Beraldi ya avisó que en marzo se lanzará como candidato, aunque aún espera el visto bueno de Macri. ¿Se unirá al oficialismo en caso de que no aparezcan candidatos potables? “Sería una salida elegante”, dijeron desde el búnker oficial.

Claro, todo esto mientras Riquelme no se decida a volver a jugar. “Es el secreto mejor guardado de la próxima elección, el que puede modificar el resultado. Si estuviese en el comando de campaña, estaría tranquilo y tirado sin hacer nada si Román se posturala”, insistió una de las fuentes de la dirigencia. “Con el oficialismo no va a ir. Ni en chiste. Es un problema grande”, reconoció un importante dirigente, por más que hace unas semanas desde el club hayan deslizado la posibilidad de sumarlo. “El que no tiene feeling con Román lleva las de perder. Si juega y va con alguien, la balanza la vuelca totalmente”, agregó el mismo dirigente, consciente de que Ameal es el que corre con más ventaja para incorporar al ídolo y que incluso Beraldi podría conseguirlo. “Su partido despedida sería el acto de campaña perfecto, y sin gastar un peso...”.

La pelota siempre al 10, que la tiene atada y sabe cómo ponerla debajo de la suela. En el fútbol y en la política.

FUENTE: Olé