Sin duda, una de las cualidades físicas más añoradas por casi todos los que practican deportes -y hasta algunos que no- es el abdomen marcado, algo que podemos lograr siempre y cuando nos dediquemos y, claro, sigamos los pasos correctos, sin dejarnos engañar por “mitos” y mentiras.  El problema es cuando entramos en Internet y nos encontramos con un sin número de consejos que, por desinformación o simplemente desinterés, nos hacen perder nuestro tiempo e impiden que logremos el ansiado deseo.  A continuación, revisamos cuáles son estos mitos que NO nos van a ayudar a conseguir nuestros abdominales soñados. - Entre más abdominales haga, obtendré mejores resultados. Por cientos o miles de abdominales diarios que hagamos, nunca lograremos marcar. Bien por el contrario, podríamos fatigar los músculos o incluso lesionarnos. - El ejercicio es más importante que la dieta. Si bien para marcar los abdominales necesitaremos de mucho entrenamiento, sobre nuestros músculos tenemos una capa de grasa -pequeña o abundante, dependiendo de cada persona-, por lo cual para lucir el famoso “six pack” debemos quemarla evitando ciertos alimentos y consumiendo otros. La dieta podría significar el 50% del éxito para el abdomen que queremos. - Nunca lograré esos abdominales, es sólo genética. Si bien la genética sí influye, lograr o no esos abdominales corresponde un 90% al trabajo que le dediques; por lo que si realmente los queremos conseguir, debemos hacer todo lo posible para conseguirlo. - Para marcar debemos hacer solo abdominales o “crunch”. Aunque son los que más nos ayudan para marcar, hay otro tipo de abdominales, como las planchas o hipopresivos, que nos van a permitir tener un abdomen plano. No nos podemos olvidar del cardio, que también nos va a aportar en la quema de grasa abdominal. - Es importante disminuir las calorías. Si tenemos dudas sobre la alimentación, siempre es importante consultar a un especialista. De todas maneras, si queremos bajar nuestro porcentaje de grasa, a veces las calorías no lo son todo y es más importante fijarnos en la calidad de los alimentos que consumimos.