Jueves 28.03.2024
Actualizado hace 10min.

¿A cuánto podría estar el dólar a fin de año en la Argentina?

Es una pregunta compleja pero se pueden tener algunas referencias para monitorear.

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Poco después de que se conociera la decisión del Consejo de Política Monetaria del 9E de bajar en 0,75 puntos porcentuales la tasa de interés de referencia del mercado, una reducción que no será la última sino que, como se anunció, "será un proceso gradual", entre los agentes económicos, tanto particulares (pequeños inversores, tomadores de créditos hipotecarios con UVA, que deben hacer frente al anticipo y saldo de una operación que se pacta en dólares) como gerentes de empresas que se abocaron a ajustar sus presupuestos, las preguntas inmediatas que se hicieron fueron: ¿y ahora qué va a pasar con el dólar? ¿a cuánto va cotizar el dólar a fin de año?, ¿compro y me cubro, vendo y compro Lebac? ¿Qué hago para proteger los ahorros?

Claramente responder con acierto esas preguntas excede esta columna. Sin embargo, en el análisis no deben faltar los ingredientes claves que determinan el subibaja del tipo de cambio de pesos por dólar y de las tasas de interés, los cuales surgen de los objetivos de política económica que se desprendieron de las exposiciones, muy escuetas, por parte de ministros y el presidente del Banco Central, en la conferencia de prensa del 28 de diciembre, cuando se decidió "recalibrar" la meta de inflación:

1. La tasa de interés no debe estar en un nivel tan alto que conspire contra la reactivación necesaria de la economía para facilitar la baja del déficit fiscal;

2. Evitar el atraso cambiario. El tipo de cambio de pesos por dólar no debe apreciarse tanto que conspire contra la producción nacional, tanto por el lado de la creciente oferta de productos importados, como por el desincentivo a los exportadores y el aliento al consumo fuera del país, como se observa en la temporada récord de turistas argentinos en las playas de países vecinos;

3. La cotización del dólar a futuro;

4. El costo de entrada y salida de una inversión en pesos, a otra en dólares billete, porque el precio de compra a una entidad es hasta 50 centavos por unidad más alto al que luego se obtiene por la venta; o la comisión en el caso de un bono público o privado con cláusula dólar;

5. El cambio de la política de endeudamiento del Gobierno de casi plenamente en dólares, a una combinación con mayor presencia de activos nominados en pesos, para prever cómo serán las presiones a la apreciación del peso vía la competencia con las tasas de las Lebac.

6. El desempeño del comercio exterior a partir de las señales de reactivación del mercado brasileño.

La alta tasa de inflación que registró el Indec en diciembre deja un arrastre alto para enero, y se espera un trimestre con muchos aumentos de los precios regulados por el Gobierno

Expectativas de corto plazo

A priori pareciera que la tasa de interés de referencia inicial que ahora está en 28% anual a 7 días, se irá moderando a un nivel de no menos de 20% anual, en la medida que el Gobierno logre domar las expectativas de inflación con acciones de política fiscal que permitan tornar alcanzable la nueva meta de 15% anual a diciembre. En ese caso se estará frente a una renta real atractiva para invertir más en pesos que en dólares.

Hoy el mercado ve un escenario intermedio, y por eso elevó sus previsiones de inflación a un rango más cercano a 20%. En ese caso la tasa de interés tendría un sendero de estabilización en torno a 25% anual, que es el nivel al que se espera que descienda el rendimiento de las Letras del Banco Central (Lebac) aunque no necesariamente en la licitación de otro "supermartes 16E", por la acumulación de vencimientos.

Asimismo se observa que la cotización del dólar a diciembre 2018 en el mercado de futuros se ubica en un rango de $22,30 a $22,80. Claramente, ese precio no es garantía de que en el mercado de contado cotice a fin de año en ese nivel, puede estar por arriba, o por abajo; sino que es un precio que se determina en función de la tasa de interés actual y las expectativas de devaluación del mercado. Se trata de una transacción habitual entre los que operan con el comercio exterior y los que tienen compromisos financieros en divisas, para asegurar un precio de cobertura.

Sin embargo, constituye un valor de referencia para sacar las primeras cuentas y determinar si luego de los costos de entrada y salida conviene el arbitraje entre tasas y dólares, y viceversa, sobre todo para quien no es un experto en esas transacciones.

Además, hay que tener en cuenta la estacionalidad del comercio exterior, porque la Argentina es un fuerte exportador de alimentos, trigo, maíz y soja, principalmente entre enero y julio, aunque ya no rige la obligación de liquidar las divisas en un plazo determinado, mientras que la demanda de importaciones se muestra más activa en el segundo semestre, que determina la liquidez del mercado de divisas. Al que se suma la entrada temprana de divisas por parte del Gobierno para hacer frente al programa financiero a lo largo de todo el año.

Pero siempre, el ingrediente que más influye sobre el movimiento de las tasas de interés y el tipo de cambio es la dinámica de la inflación, y allí no solo gravitan las decisiones de política económica de manejar los precios regulados, como los de los servicios públicos de luz, gas, agua y transporte, sino también de privados como medicina prepaga, cuotas escolares y el de algunos bienes, como precios Cuidados, cigarrillos, entre otros; sino también el exceso de gasto público y su financiamiento con emisión, deuda pública y atraso de pagos a proveedores.

 

 

 

 

Por Daniel Sticco para Infobae