Este jueves declararon ante la fiscal de Violencia Familiar de Córdoba los dos protagonistas de la historia que el sábado a la noche terminó con el hombre castrado con una tijera de podar y ella, su amante, detenida en la Cárcel de Bouwer acusada de lesiones gravísimas. Brenda Barattini aseguró que lo que hizo fue como respuesta a una violación, pero no convenció. La joven arquitecta de 26 años respondió más de 200 preguntas durante seis horas. En su declaración explicó que el hombre "la tomó del cuello", que ella "simuló disfrutar" y agarró lo primero que encontró. Eso resultó ser una tijera de podar que tenía guardada debajo de la cama. "No sé qué corté", le dijo a la fiscal Bettina Croppi. Ante la pregunta de qué sentía con respecto a lo ocurrido esa noche dentro de su departamento, el abogado de la joven, Carlos Nayi, contó que su clienta respondió: “Mucho asco, mucho dolor, siento impotencia y me siento destruida”. “Si hubo desproporción o no, no le podemos pedir eso a una persona que estaba en crisis, inferioridad de condiciones físicas. Es una situación límite, y en medio de esto, se defendió”, sostuvo Nayi sobre el elemento elegido por Barattini para rechazar el supuesto intento de abuso. Sin embargo, varias fuentes judiciales informaron a los medios que el testimonio fue "poco creíble" y que, en más de una ocasión, la imputada se contradijo o quedó descolocada ante las preguntas de la funcionaria.