El andar de Vélez en la Superliga Argentina comienza a ganar trascendencia a fuerza de triunfos y buenas presentaciones. Lo ocurrido en el debut ante Tigre (3-0), al parecer, fue un anticipo de que la cosa va en serio. O, cuanto menos, de que ese es uno de los propósitos: que la circunstancia tome un tinte bien formal. Así, ante el siempre difícil Atlético Tucumán, el equipo de Omar De Felippe se convirtió en un Maxi Fortín en el primer tiempo y terminó celebrando el segundo triunfo al hilo en el renovado torneo local al derrotar 2-0 al Decano en Liniers. Sí: tras padecer los primeros minutos ante el elenco tucumano (de la mano de Affonso, Acosta y el eterno Pulga Rodríguez tuvo las más claras), el local aprovechó su primera situación en profundidad y, luego de que Andrada desbordara, apareció el ahora goleador Romero (ya tiene cuatro gritos) para empujar la pelota en el área chica. FUENTE: Olé