Este martes a la madrugada, la Policía calingastina sorprendió a un grupo de sujetos que llevaba un cargamento sospechoso. Al ser requeridos por los uniformados, dejaron las bolsas que llevaban y se dieron a la fuga. Los sujetos llevaban gran cantidad de explosivos de alto impacto. Según confirmaron fuentes policiales a DAME NOTICIAS, el hallazgo se produjo a las 4 de la mañana en la Ruta 406, cerca del río. Los prófugos llevaban más de 60 cartuchos de gelamón, más de 100 detonadores, varios centímetros de mecha y gran cantidad de reforzadores de explosivos.  Aunque desde la Policía manejan gran hermetismo debido a que la investigación sigue en curso, DAME NOTICIAS pudo acceder a detalles del uso de estos explosivos en las exploraciones mineras. Según fuentes confiables relacionadas al sector minero, el tráfico de explosivos provenientes de explotaciones mineras sería algo habitual.  Según detallaron, los contratistas de las empresas mineras están a cargo del polvorín y controlan la cantidad de explosivos usados en cada caso. Sin embargo, la fuente sostuvo: "Muchas veces sobra material explosivo y se deja por ahí, y es muy fácil que cualquiera se lo lleve".  Aparentemente, el destino de este sobrante de explosivos sería la venta a caleras más chicas, que "tampoco tienen mucho control de parte de la Policía Minera", dijeron. "Es muy normal que se lleven explosivos, porque no hay un control entonces el sobrante se va juntando para vender a las caleras chicas. Por la ubicación, estos explosivos podrían ser de la mina Casposo", dijeron fuentes relacionadas al sector en diálogo con DAME NOTICIAS.  La importancia de los controles radica en la "alta pelogrosidad de llevar explosivos de alto impacto". "Con los detonadores y los cartuchos cualquiera puede hacer explotar este material", comentaron a este medio.