La Selección se juega algo más que la clasificación al próximo Mundial. Aunque por ahora no lo dicen en voz alta, dirigentes, jugadores e hinchas coinciden en que quedar afuera de Rusia 2018 generaría un impacto tan fuerte que el fútbol argentino debería, prácticamente, refundarse. Es por eso que nadie quiere distracciones, nada de esparcimiento, de situaciones que alteren el principal objetivo: conseguir un buen resultado ante Ecuador y, por ende, entrar al Mundial por la puerta grande o por la ventana, lo mismo da. Hay decisiones que avalan ese pensamiento: la que tomaron Lionel Messi y Javier Mascherano, de quedarse en el predio que la Asociación del Fútbol Argentino tiene en Ezeiza pese a que Jorge Sampaoli les había dado el día libre, por ejemplo, es una. Sin embargo, no todos hicieron lo mismo. Y un caso es el de Ever Banega. Dejando de lado que su nivel en el 0-0 ante Perú estuvo lejos de sus mejores días y recordando que tenía derecho a hacer con su vida lo que quisiera, sorprendió que el volante se dejara ver, sonrisa mediante, en un boliche, la noche del viernes. Si bien no hay nada que reprocharle, miles de hinchas se enojaron por la actitud del ex hombre de Boca, quien asistió a un cumpleaños mientras varios de sus compañeros seguían concentrados a la espera del viaje a Ecuador. Con una colorida camisa a rayas verticales y un vaso en la mano derecha, Banega se dejó fotografiar junto a Valeria, su mujer, y a Sofía Sosa, una amiga de ésta última y quien terminó subiendo la imagen a las redes sociales. Indignados, los fanáticos no tardaron en criticarlo con dureza. Y lo acusaron desde ser "poco profesional" hasta "un caradura". Lo que no se sabe es cómo habrá caído la salida de Eber en el plantel y el cuerpo técnico de la Selección. Pero tampoco parece casual que el actual hombre del Sevilla sea uno de los que podría perder su lugar entre los titulares.